lunes, 11 de junio de 2007

Miculax y La llama del retorno

En el pasado abril, la editorial Óscar de León Palacios publicó, en su segunda edición, las novelas "Miculax", de Jorge Godínez, y "La llama del retorno", de Carlos René García Escobar."Miculax", como se supondrá, es la historia del famoso pedófilo e infanticida guatemalteco que así se apedillaba. Para quien no conozca la historia, Miculax fue capturado en la década de los cuarenta, por haber sembrado el terror entre los niños, a quienes violaba y asesinaba. Al ser capturado, Miculax fue condenado a muerte. Su cerebro fue objeto de estudio en la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos, para verificar si había algún tipo de patología en este tipo de "desviaciones". Al final, su cabeza fue robada, supuestamente por un grupo satanista, que la habría utilizado como objeto de adoración.El compañero cómplice de Miculax, también fue capturado y condenado a cárcel. En prisión, se convirtió al protestantismo. Al salir, se cambió el nombre y se volvió pastor evangélico; nunca más se supo de él. Básicamente, la novela de Godínez sigue con esta línea argumental."La llama del retorno" es la historia de Ariel, que vivió como indocumentado en Los Ángeles, California, donde conoce a Debi, una estadounidense de quien se enamora, estableciendo con ella un noviazgo basado en las relaciones sexuales. En el ínterin, se relatan escenas ocurridas en Guatemala, donde Ariel recuerda estas experiencias, así como las dificultades de los indocumentados.Habitualmente, en este espacio se reseña sólo un libro; sin embargo, en esta ocasión hay coincidencias de comentarios para estas dos novelas, por lo que podrían incluirse en uno solo.En primer lugar, hay que remarcar que éstas son las segundas ediciones de estas novelas. Miculax había sido publicada en 1991, y la otra en 1984. Hay que señalar esto, pues en el mundo editorial de Guatemala esto sucede con dificultad. Comúnmente, se han hecho segundas ediciones (o más) a libros consagrados, o de autores guatemaltecos reconocidos en el extranjero. Es el caso de los libros de Asturias, Monterroso, Cardoza, Marco Antonio Flores, Ana María Rodas o Dante Liano. Esto sucede porque, por decirlo así, tienen aún demanda por el público.No sé exactamente cuál fue el criterio para la Óscar de León Palacios de lanzar estas segundas ediciones, pero, al conversar con los autores, puedo imaginar cuáles fueron.Para "La llama del retorno", García Escobar comentó que ésta fue la primera novela en Guatemala, y probablemente una de las primeras en Latinoamérica, en tratar literariamente el tema de los migrantes indocumentados en Estados Unidos. Por como se ha desarrollado actualmente este tema en la actualidad, la novela debería aportar una nueva perspectiva para esta problemática.Dentro de la novela, el protagonista relata la forma en que tuvo que pasar la frontera, de manera muy penosa (aunque ahora hay peores formas), y la angustia que vivía diariamente por el acoso de Migración.Para "Miculax", Godínez comentó que en 1991, el año de su primera edición, esta novela fue la única novela guatemalteca que aparecía entre los diez libros más vendidos, lo cual, para esa época, era un verdadero logro, debido por la poca producción editorial de hace más de quince años.Además, considero que la historia, la verdadera, de Miculax es suficientemente interesante por sí sola, por lo que Godínez tuvo un verdadero acierto en escoger esta historia para novelarla.Hace algunos años, los padres aún asustaban a sus hijos diciéndoles que no salieran solos a la calle, porque, si no: "los iba a agarrar Miculax", lo cual significa que este personaje logró penetrar en el inconsciente colectivo del guatemalteco.Godínez comentó, también, que el libro estaba basado en los artículos periodísticos de la época, por lo cual dennota un acusioso trabajo de investigación y una fidelidad histórica. Según indicó el autor, fue Celso Lara quien le recomendó que quitara las crónicas periodísticas; sin embargo, yo las hubiera dejado, o al menos como un apéndice, ya que sería muy interesante leerlas.El valor de ambas novelas, considero que se encuentra en ese carácter histórico-antropológico sobre los temas que trataron: las migraciones y el temor a los asesinos. El hablar del guatemalteco, sus costumbres, su modo de pensar está bien reflejado en estas dos novelas.Sin embargo, considero que sí hay algunas críticas objetivas qué hacer con respecto a las ediciones (pese al innecesario y temeroso epílogo de la página 247 de "Miculax"); primero, para ser novelas, contienen muchas digresiones, algunas de ellas hasta fuera de lugar. No es que una novela no pueda tenerlas. Por ejemplo, las novelas románticas (como "Rojo y negro" de Stendhal) o las neoclásicas (como "El cristiano errante" de Antonio José de Irisarri) estaban llenas de digresiones. El problema es que en el lector contemporáneo difícilmente puede hacer mucho tiempo para leer, por lo que un libro innecesariamente voluminoso, a veces, no llega a terminar de leerse, pues en tiempos modernos el tiempo es fundamental (de ahí la preferencia a los cuentos cortos).En este mismo sentido, considero que la diagramación de ambos libros debería optimizar los espacios, con estrategias, por ejemplo, reducir el tamaño de letra, el interletraje y el interlineado. Los libros, las carátulas, tienen una agradable presentación; sin embargo, si se optimizaran los espacios, la ediciones tendrían, al menos, unas 50 páginas menos, sin que esto represente dificultades para leer a los lectores.Para "La llama del retorno", ésta contiene demasiados errores ortográficos, lo cual dennota poco cuidado en la edición. Además, se incluyen textos en inglés (que es muy básico), tiene errores aún peores. Por supuesto que las faltas de ortografía no le quitan calidad literaria, pero sí desmotivan al lector.En cuanto a "Miculax", que sí tiene un mejor cuidado ortográfico, posee diálogos de lo que supuestamente dijeron los personajes durante los acontecimientos narrados. Obviamente, esta novela debe considerarse policíaca e histórica, y debe seguir necesariamente algunas características. Primero, para ser histórica, debe basarse en los hechos, y los diálogos ficticios deben ser bastante verosímiles, lo cual no logró hacerlo. Por su parte, para una novela policíaca, los diálogos, además, deben tener mucha profundidad psicológica. En vez de esto, considero que los diálogos son muy simples y hasta inocentes.

1 comentario:

carlos rene garcia escobar dijo...

El comentario crìtico a estas dos novelas està atinado en su mayor parte. Considero sin embargo, que el autor se equivoca al señalar que La Llama del Retorno es una novela plagada de faltas de ortografìa. El autor desconoce evidentemente que en la novelìstica contemporànea existe la tècnica del lenguaje coloquial, la cual se utiliza para enfatizar el lenguaje propio o real de los personajes. Para ello tambièn se utilizan distintos tipos de letras y comillas (negrilla, cursiva, etc.)con lo cual, el lector debe percibir la riqueza del lenguaje coloquial llevado a la escrituraciòn literaria. Mal le hace un comentario asì a una novela rica en expresiones por cuanto se està indicando que su autor no sabe escribir, cuando es todo lo contrario pues porque se sabe escribir es porque se utilizan las tècnicas literarias posibles. El autor.