lunes, 31 de diciembre de 2007

Feliz Año Nuevo


Rocío Durcal


Aceptémoslo: no fue un buen año. Sólo para empezar, habría que recordar que este año se murieron artistas tan entrañables como el arte mismo. ¿Quién sustituirá a Pavarotti? La ópera nunca fue tan cercana al pueblo como él logró acercarla. ¿Y Marceau? El arte del mimo volverá a ser tan aburrido como lo fue siempre. ¿Y Rostropovich? ¿Y Kapuschinski? ¿Y Mailer? ¿Y Bergman? En Guatemala, ¿quién sustituirá a González Goyri? ¿Y a Otto Raúl González?

En la política, nuevamente los malos hicieron de las suyas; da coraje recordar lo de Bhutto, que no cabe otro calificativo de "hijueputada" lo que le hicieron. ¿Y qué pasó con los monjes de Birmania? ¿Acaso se resolvió su situación? La ONU sólo mandó a su emisario, pero pronto se hicieron los locos.

Hubo más violencia en este año; el dólar cayó; el petróleo subió; la Junta Monetaria de mi país no tuvo más solución para la inflación que subir seis veces la tasa líder de interés: pese a que fue impuesta por un gobierno empresarial.

Personalmente, tuve una experiencia muy triste, casi insuperable..., que para qué contarles.


Sin embargo, cuando todo va mal, me recuerdo del pobre César Vallejo, sufriendo en París, escribiendo:


Feliz año y salud!!!

1 comentario:

la-filistea dijo...

Woww!! que acertado Vallejo, yo siempre me hacía bolas para decir eso.
Que la vida por muy dura con esos tonos grises y 'demases' vainas, nadie quiere que se la quiten.

Exelente!!.