Quisiera comentar una anécdota, pues me parece una buena enseñanza. Sucede que el viernes 21 de diciembre, Juan Luis Font, director de elPeriódico, publicó una columna titulada "El libro del año". Con sinceridad, le comenté que esas listas de clasificaciones son muy valiosas, pues casi nadie se sienta a hacer esas reflexiones.
Sin embargo, le comenté que no estaba de acuerdo con su elección de su "libro del año", el cual menciona a "La lluvia" de Méndez Vides.
Mi comentario literal fue: "Muchas gracias por su lista, señor Font. Lamento contrariarlo con su selección de "La lluvia", pues no me parece la mejor del año; ni siquiera me parece una buena novela. Me imagino que su selección fue más bien para quedar bien con un colaborador incondicional de elPeriódico.
El libro de Goldman, por ejemplo, me parece mejor, sólo que fue superpotenciado por los comicios de este año, pero eso no le quita el valor a la obra.
Es digna la mención que hace del catálogo del Lienzo de Quaquechollan, pues, como menciona, aunque no sea literatura (occidentalmente hablando), sí es una publicación muy valiosa."
El libro de Goldman, por ejemplo, me parece mejor, sólo que fue superpotenciado por los comicios de este año, pero eso no le quita el valor a la obra.
Es digna la mención que hace del catálogo del Lienzo de Quaquechollan, pues, como menciona, aunque no sea literatura (occidentalmente hablando), sí es una publicación muy valiosa."
Sin embargo, fue molesta la descalificación que se hizo a mi persona: "Al señor Cordero, le digo que mi elogio al libro de Méndez Vides no está inspirado en un motivo tan espureo como el que usted sugiere. En verdad me parece una excelente novela. Quizá usted aún no lo haya leído."
Pronto le respondí que el hecho de que mi opinión difiera a la suya no es motivo suficiente para descalificarme diciendo que yo opiné sin conocer el libro.
Tal como se ha reseñado en otras partes, "La lluvia" no es una buena novela. El punto no es que a mí me parezca buena o mala. El hecho es que el diálogo y una crítica literaria seria son muy buenas para la literatura del país. No se trata simplemente de decir: "me gustó o no me gustó". Se trata de valorar tanto lo positivo y lo negativo de una obra literaria.
El problema de reseñar positivamente sólo por el amiguismo es, principalmente, que si la obra es mala y yo la reseño como buena: ¿qué pasará con esa gente que la leyó confiando en mi supuesto buen criterio? Pues, ni modo, quedaré como un bobo que no sé de literatura. De la misma forma, sucede con el caso contrario.
Otro punto importante es que en el blog "abierto" de elPeriódico, envié de nuevo mi comentario a lo expresado por el señor Font, pues no me pareció justa su calificación hacia mí diciendo que, como opino distinto a él, yo ni siquiera "había leído la novela". Lamentablemente, los censores de elPeriódico ni siquiera dejaron pasar ese comentario.
En Guatemala, casi nunca nos animamos a opinar, mucho menos cuando queremos contrariar una opinión de una persona "respetable". Yo, sinceramente, no leo a la mayoría de columnistas de los periódicos del país, por la simple razón de que me parece que no tienen propuesta inteligente. Leo, eso sí, a los que, aunque difiera con ellos en pensamiento, pero que me parece que realizaron un esfuerzo intelectual para escribir. No veo nada de malo en el pluralismo.
Al señor Font sí lo leo, pero cuando veo actitudes como ésa, me desanimo, pues pienso que Guatemala no tiene remedio, sobre todo que él es director de un importante matutino. Si él es así, ¿cómo serán los que están arriba de él (puesto que Font sólo es el celador de los intereses de la hegemonía, para que no se les publique nada negativo)? Lo verdaderamente molesto es que se creen defensores de la libertad de expresión, siempre y cuando esa expresión no vaya en contra de sus propias opiniones.
Afortunadamente, tras mi comentario, la gente reaccionó. Una joven escribió: "El artículo es una completa apología del delito o de los delitos; creo que hay mejores obras guatemaltecas", lo cual me hace sentir que no todo está perdido en Guatemala, porque hay una generación que sí se está animando a decir las cosas (aunque no tenga el espacio público para hacerlo).
2 comentarios:
"Hay una generación que sí se está animando a decir las cosas"
Este espacio es el mejor ejemplo...
Saludos
Estimado Mario Cordero, primero que nada la solidaridad para con voz por que eso de ser atacado en el area de comentarios de una columna de opinion es una mala experiencia, pero de el medio El Periodico, que se puede esperar alli estan los intocables, solo ellos se consideran asi y prueba de ello es que siempre el area de comentarios en sus columnas de opinion se convierten en campos de batalla entre lectores y columnistas llegando estos ultimos al extremo de automandarse comentarios aduladores. Creo que has encontrado tu lugar de libertad de expresión de una forma muy adecuada tanto en los blogs como en tu trabajo en La Hora eso es confortable para con voz mismo, sin embargo apesar de este tipo de represiones nunca dejes de hacer valer tus derechos constitucionales de libertad de expresión. Saludos
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