sábado, 15 de diciembre de 2007

Vigencia de la propuesta ética, política y literaria de Miguel Ángel Asturias

Muchas gracias a todas y todos por su presencia, y agradezco la invitación a este conversatorio. Me da mucho gusto estar en este homenaje, especialmente, porque creo que éste sí es eso: un homenaje, y no una efemérides que nos da la oportunidad de sacar viejos rencores en contra del mejor literato de Guatemala, Miguel Ángel Asturias, quien luce insuperable por todos los medios.
Explicar las razones por las que se otorga un Premio Nobel son siempre difíciles, debido al hermetismo que ha tenido la Academia Sueca para ello. A lo largo de la historia, se ha otorgado este galardón, no sólo el de Literatura, ha personas que se ha demostrado que no lo merecen. El caso más resaltante que recuerdo en este momento es el de Winston Churchill, Nobel de Literatura en 1953, por entonces, él era el Primer Ministro Británico, y ganó el premio sin siquiera haber publicado una obra eminentemente literaria. Otro caso muy sonado es el de José Echegaray en 1904, dramaturgo español que hoy día es poco estudiado debido a su escasa calidad literaria, pero que el galardón sirvió para que la Generación del 98 de España se uniera en contra de ese premio.
Afortunadamente, el Premio Nobel de Asturias no ha sido puesto en duda por nadie, porque nadie duda de su calidad literaria. Sin embargo, debemos reconocer que la Academia Sueca no se basa únicamente en la obra, sino que también influyen ciertos factores. Ahí está, por ejemplo, el reciente premio de Al Gore, Premio Nobel de la Paz, en un claro mensaje en contra de la gestión del presidente de Estados Unidos, George Bush. ¿Por qué? Gore fue su contendiente en las pasadas elecciones, pero, obviamente perdió. Gore mereció el premio de la Paz, mientras el actual presidente estadounidense hace la guerra; Gore lo ganó por su activismo en contra del cambio climático; Bush sigue impulsando políticas de emanación de gases que provocan efecto invernadero.
En literatura, el caso más reciente que recuerdo es el de Harold Pinter, dramaturgo inglés, cuya calidad es indiscutible; sin embargo, ganó el premio cuando tenía mucho tiempo de haber escrito sus mejores obras, junto a los exponentes del teatro del absurdo. Sin duda, su activismo en contra de la guerra de Irak sería su catapulta para el premio del 2005.
En el Nobel de Asturias, recibido, como ya sabemos, hace 40 años, también hubo condiciones especiales. Sin duda, la Academia Sueca quiso que el mundo se fijara en las infamias que las dictaduras militares estaban haciendo en Latinoamérica. Me imagino que, también, la Academia estuvo tentada desde esos años en premiar a algún cubano, para aumentar la visión positiva que Europa tenía sobre la Revolución Cubana.
En esa coyuntura, creo yo, surge la necesidad de la Academia de entregarle el premio a un Latinoamericano. Pero, no con ello quiero decir que Asturias lo ganó sólo por estas razones; he dicho anteriormente que la calidad literaria de Asturias es indiscutible. Su premio significa, además, que de todos los literatos latinoamericanos, él fue el seleccionado como el estandarte de los escritores de esta parte del continente. Por supuesto que había otros escritores merecedores del premio, como Alejo Carpentier, compañero de Asturias, con quien comparte muchas características; y estaban Borges, Lezama Lima, Nicolás Guillén, Arguedas, Rulfo, Cortázar, Roa Bastos, Sábato, Uslar Pietri, e, incluso, Rómulo Gallegos; pero no, de estos escritores que ya gozaban de un enorme prestigio literario para 1967, de todos estos enormes exponentes, fue Asturias el seleccionado. Digo esto porque casi nunca hemos visto la implicación literaria que este Nobel tuvo para las letras latinoamericanas, y quiénes estaban detrás como otros dignos merecedores, pero, entre más larga esta lista, más gloria debe ser para Asturias.
Sin embargo, este Nobel representó un parte agua para Guatemala y el continente. Una generación literaria muy pujante, como la de García Márquez y Vargas Llosa, en un claro impulso generacional, le empezó a hallar los "peros" al Nobel de Asturias, argumentos que radicaron esencialmente en su falta de compromiso social. Esto, como se sabe, no fue cierto, pues Asturias también tuvo su vena de denuncia social, que aún hoy día es incomprendida. El rechazo de García Márquez y Vargas Llosa al Nobel asturiano se puede atribuir, como dije, a una estrategia generacional. Entre generaciones y generaciones, especialmente las literarias, es común ese ataque a los escritores consagrados, a fin de que los jóvenes logren colocarse en un mejor lugar. Hay que recordar que García Márquez publicó en ese mismo año su obra maestra "Cien años de soledad", por lo que una publicidad extra no le venía mal. Y Vargas Llosa había ganado ese año también el recién estrenado Premio Rómulo Gallegos, venciendo al mismo Asturias que había participado con "Mulata de Tal".
Ese mismo año, en 1967, en Guatemala, murió asesinado extrajudicialmente el escritor Otto René Castillo, motivo que utilizó el poeta salvadoreño Roque Dalton, para crear dos clasificaciones: el escritor comprometido, como Otto René, que escribe y lucha por su patria; lastimosamente, utiliza a Asturias como ejemplo del escritor "sin compromiso" y "acomodado" con las estructuras de poder.
El Nobel de Asturias también provocaría una reacción a lo interno del país. Asturias ya era ampliamente imitado por los intelectuales clandestinos que aún permanecía en el país tras la Contrarrevolución. Asturias era el abanderado dentro de la nación. Como ejemplo, cabe citar la novela "La sangre del maíz" del ahora desaparecido José María López Valdizón, quien quiso crear una continuación de "Hombres de maíz", pero con resultados nefastos, pese a que López Valdizón ganara los Juegos Florales de Quetzaltenango con esta obra. Monteforte Toledo y Cardoza reaccionan ante el Nobel. Los tres luchaban por ser la punta de lanza de la literatura guatemalteca. Monteforte, quien era ampliamente leído por ese entonces en el país, dejó de escribir misteriosamente tras el Nobel, probablemente resentido por tener que ceder el lugar del mejor escritor guatemalteco del momento. Al igual, Cardoza y Aragón escribe "Miguel Ángel Asturias, casi novela", en donde se percibe cierta envidia de parte del escritor antigüeño ante el Nobel.
Todas estas condiciones hacen que Asturias no logre gozar su premio en tierras latinoamericanas, en donde recibió más rechazo por envidia, que felicitaciones de orgullo.
Y, para culminar este rechazo, el movimiento indígena maya empezó a lanzar acusaciones en contra de su tesis, en la década de los noventa, por su supuesto racismo, hecho que se potenció aún más cuando hace unos años, un poeta k’iche’ rechazara el Premio Nacional de Literatura, sólo porque éste tenía el apósito de "Miguel Ángel Asturias".
Su supuesto poco compromiso social y político con sus obras, en un continente marcado por las luchas ideológicas de la Guerra Fría, y por su supuesto racismo, son, entonces, los caballitos de batalla para aquellos quienes han querido desmerecer la obra y la vida de Asturias.
En junio de este año, la Editorial Universitaria publicó la tesis de Asturias, con el nombre de "Sociología guatemalteca", lo cual sirvió una vez más para reavivar la polémica sobre este trabajo académico, y para que muchos intelectualoides repitieran la verborrea con argumentos que siempre se le han achacado a Asturias.
Principalmente, se dice que la tesis es racista, que es un error de juventud, que Asturias la hizo para salir del paso y graduarse de una vez por todas, y otros argumentos más.
Para contextualizar, la teoría utilizada por Asturias en el momento de redactar su tesis, era la utilizada por todos los académicos del mundo, probablemente desde el siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Se refiere a la teoría del positivismo y del darwinismo social, que se basaba en describir sistemáticamente, con toda objetividad, el fenómeno que se estudiaba.
La tesis de Asturias, sobre todo ahora que está alcance del público guatemalteco, es una lectura obligada. No deseo profundizar mucho en el contenido de ésta, sobre todo porque en la referida edición hay un estudio introductorio del doctor Julio Pinto Soria, del cual nada hay que agregar.
Sólo repetiré una parte del estudio de Pinto Soria, cito: "La tesis se divide, grosso modo, en dos grandes apartados. Uno donde expone la evolución histórica del indígena y su estado al momento en que escribe. Y otro que se ocupa con la degeneración biológica y las posibles soluciones, a partir de los capítulos V y VI, que denomina, no por casualidad, Sociopatía y terapéutica social; agregando al final dos capítulos sobre educación, higienización, mestización e inmigración, que no aparecen en el índice de materias. Es aquí donde recurre al darwinismo social; como también al mestizaje homogeneizador de la revolución mexicana", fin de cita.
En términos generales, la tesis de Asturias debe ser entendida como una preocupación suya ante la situación de los indígenas de entonces. Para contextualizar, en 1923, año de la publicación de la tesis, recién se había derrocado al dictador Manuel Estrada Cabrera, quien mantuvo el sistema explotador liberal, que obligaba al indígena a regalar sus servicios en las fincas de café. Muy pocos, aparte de Asturias, se habían preocupado por la situación del indígena. Con su tesis, Asturias quiso ser solidario con una parte de la población y, además, realizar su primer intento de explicar el país.
Guatemala prácticamente aún vivía en el siglo XIX, y muy poco había avanzado la sociedad desde la independencia; Aún no se había asentado lo "nacional", es decir, la gente aún no sabía qué los identificaba como nación, ni siquiera sabía quiénes constituían esa nación.
Y eso no era un problema nuevo en Latinoamérica. El mismo Simón Bolívar, en su Carta de Jamaica (de 1818), hablaba de una gran masa de la población, de la cual no sabía cuál sería su destino; hablaba de los indígenas y de los mestizos, sectores que no estaban contemplados en su proceso liberador, pero que ahora debía incluir, pero no sabía cómo.
En Argentina, Domingo Faustino Sarmiento, en 1883, publicó Conflicto y armonía de las razas en América, en donde planteaba su plan civilizador, que consistía en la eugenesia a través de la inmigración extranjera. En México, ya en el siglo XX, José Vasconcelos era un defensor de la eugenesia, fuente de la cual mamó Asturias en su viaje a México en su época estudiantil.
En Guatemala, esa preocupación de los grupos étnicos y de las bases de lo nacional, empezaba a describirse tras un largo período de atraso por las dictaduras liberales. Aún en la década de los cincuenta, Mario Monteforte Toledo publicaba sus novelas en donde un personaje de una etnia se relacionaba con otro de etnia distinta; como en Donde acaban los caminos, donde un doctor criollo se une con una mujer indígena. El final Monteforte se resuelve por la imposibilidad de la unión de las culturas; sin embargo, la novela termina en un final abierto, cuando la mujer indígena va con su bebé, hijo de ambas culturas, y no sabe qué será de él; es decir, no sabe qué pasa con los mestizos. Y Cardoza, que necesitó de ir a Europa para conocer los textos fundamentales del guatemalteco: la obra de Bernal, el Popol Vuh, el Rabinal Achí. Monteforte, Cardoza y Asturias, podríamos decir, se encontraban con las mismas preocupaciones sociales.
EL MESTIZAJE
Que Miguel Ángel Asturias fue un gran literato, eso ya nadie lo duda. Sin embargo, si únicamente nos hemos limitado a leer El señor presidente, nuestra apreciación hacia él es muy limitada.
De hecho, su valoración como escritor se basa casi exclusivamente como novelista, olvidando que abarcó todos los géneros: poesía, teatro, periodismo, ensayo, locución radiofónica, cine y algunos textos híbridos que no se encasillan dentro de un género.
Algunos "estudiosos" de Asturias, consideran que su tesis fue un "error de juventud", y que fue hasta su viaje a París en donde supo valorar las culturas indígenas en Guatemala. Considero que Asturias ha sido consecuente consigo mismo y con su obra desde siempre, incluyendo su tesis, por motivos que presentaré a continuación.
En su tesis, Asturias muestra una preocupación hacia los entonces llamados "indios". Es de resaltar el momento histórico en que vivía nuestro Nobel: creció en el pleno auge de los gobiernos liberales, quienes miraban al indio como parte del paisaje mismo y como herramientas para el cultivo de las grandes extensiones de tierras.
Si bien, ciertamente, Asturias utiliza calificativos en su tesis que hoy día, en el siglo XXI, son políticamente incorrectos, en su tiempo no lo eran. Pero, lejos a eso, la idea central de su tesis es redactar un trabajo para ayudar al indio, a mejorar sus condiciones de vida.
En primer lugar, su preocupación es por la presencia de los indígenas sin que nadie si haya hecho algo por ellos.
El eterno problema de Asturias fue reflejar su guatemalidad. Una estancia de niño en Salamá le hizo entrar en contacto con el mundo indígena, lo cual le abrió una gran sensibilidad hacia él.
En su tesis, se trabajan varias ideas para la eugenesia, sobre todo de la etnia indígena. Sin embargo, lamento decir que en Guatemala eugenesia ha sido casi un sinónimo de genocidio; para Asturias, a leer con cuidado su tesis, se reconoce que él está denunciando que el sistema cafetalero liberal está destruyendo a ese pueblo, que en algún momento llegó a ser una gran civilización mundial, comparable con la cultura egipcia o hindú. Su propuesta de eugenesia no se basa sólo en la aniquilación genética, sino también en el mejoramiento de sus condiciones social, en la educación, en la higiene, etc. Es cierto, propone también el mestizaje para homogenizar la raza y la introducción de inmigrantes extranjeros. Sin embargo, no es cierto que Asturias recomiende una en especial; él sólo se limitó en referir todas las teorías existentes.
Para entender a Asturias, creo que hay que utilizar claves recientes y actuales, puesto que él tenía una idea que adquiriría nombre como teoría hasta finales del siglo XX. Desde su tesis, hasta sus últimas obras, la propuesta del Nobel guatemalteco fue constante, consecuente y, pese a que aún desconocía la teoría, él ya intuía que la realidad guatemalteca se decodificaba como lo que hoy llamamos interculturalidad.
Antes creíamos que Guatemala era multicultural, teoría que designa la diversidad de culturas. Sin embargo, esta diversidad no implica necesariamente relación, ni mucho menos influencia de uno con otro. En cambio, la interculturalidad incluye, además de la diversidad de culturas, la interrelación constante y de influencia entre culturas.
Por ejemplo, un ladino guatemalteco bien podría tener sus costumbres provenientes en gran parte de la tradición cristiano española, pero siempre encontrará rasgos indígenas en su comportamiento: comer kaq’ik’, utilizar un chukul para mover el chocolate caliente o emplear palabras indígenas dentro del castellano, como chucho o ixto.
LO INDÍGENA COMO DISFÓRICO
Asturias casi siempre utilizó grupos de personajes binarios en sus obras. Por mencionar un ejemplo, en su obra de teatro "Amores sin cabeza", es la relación binaria del hombre y la mujer. Sin embargo, la relación binaria más frecuente en Asturias fue lo criollo o ladino, con lo indígena. Algunas veces, Asturias reflejó que esta relación binaria era negativa para el indígena, hecho que se observa incluso desde su tesis, puesto que culpa al criollo de la decadencia indígena.
En su literatura, por ejemplo en su célebre novela Hombres de maíz, relata el levantamiento de Gaspar Ilom y sus hombres en contra de los maiceros. Hay una relación entre los indígenas que desean mantener sus costumbres (los de Ilom), con los indígenas ladinizados (los maiceros, que comercian con el maíz, pese a que es considerado sagrado).
Desde el primer capítulo, Ilom muere; en el resto de la novela, Asturias realiza un riquísimo entre tramado en donde retoma varios aspectos culturales de Guatemala, y los mezcla, sin ninguna "corrección política". Es decir, asume la postura de la interculturalidad, y lo muestra como que si fuese un espejo del país.
Sin embargo, en estos casos lo indígena cae en lo negativo, aceptando que el fluir histórico del país siempre ha beneficiado a los criollos.
De la misma forma se establece el mecanismo en su poema Tecum-Umán, en el cual me quiero detener una buena parte de esta explicación, porque considero que puede servirnos para comprender la vigencia de Asturias.
A pesar de que este poema ha sido muchas veces analizado, no se le ha otorgado su verdadero valor literario; además, no se ha explicado por qué este texto tan sonoro puede lograr un alto placer estético. Incluso, dentro del círculo literario guatemalteco, ha sido desmerecido, como se cita en la novela "Los compañeros" de Marco Antonio Flores; cito:
"Técnica Universal Tecún Umán el de las plumas verdes, verdes, verdes, verdes, ese Miguel Ángel es un maricón, todas las mierdas que escribió sobre Tecún, es un chantajista sentimental y gordo: el de las plumas verdes, verdes, verdes, bien a pichinga ha de haber estado cuando escribió esa mierda", fin de cita.
Me gustaría leerles este poema; traje también unas fotocopias con la letra, pues a yo soy más visual que auditivo, y entiendo más cuando leo los poemas y no cuando los escucho.

POEMA DE TECÚM-UMÁN


Para entender el poema, hay que considerar analizarlo a partir de la teoría surrealista y el inconsciente colectivo, que, según Karl Jung, coexiste con el inconsciente personal, que almacena el material de la experiencia individual y ha de contemplarse como un inmenso depósito de antigua sabiduría. Las experiencias primarias están representadas en el inconsciente colectivo por arquetipos, símbolos o personificaciones que aparecen en los sueños, y son elementos comunes en los mitos, las leyendas y en la literatura religiosa.
Dentro del recurso del inconsciente colectivo, dentro de Tecúm-Umán se ubican detalles importantes que remiten a la leyenda de Tecún Umán y se enfrentamiento contra Pedro de Alvarado.
Primero, localiza al pueblo k'iche', etnia originaria de Tecún Umán; ahí dice:
"y en la fila india indios, indios, indios
incontables como cien mil zompopos"
O más adelante
"¡Varón de Galibal y Señorío
de Quetzales [...]!"
Luego, relaciona a Tecún Umán con un elemento importante dentro de la historia: su nahual el quetzal:
"el de las plumas verdes, verdes, verdes,
verdes, verdes, Quetzal de varios frentes
y movibles alas en la batalla"
Varias estrofas después, introduce las imágenes referentes a los españoles, con sus herramientas de metal:
"Las astas de las lanzas con metales
preciosos en victoria de relámpago"
Después, explica por medio de imágenes el enfrentamiento entre españoles, sus aliados los tlaxcaltecas contra los k'iche's:
"¡Mano grande
para cubrirse el pecho con tlascalas
y españoles, fieras con cara humana!
Y por último, expresa la muerte de Tecún Umán a manos de Pedro de Alvarado:
"¡Quetzalumán, la serpiente coral
tiñe de miel de guerra el Sequijel,
al desangrarse el Árbol del Augurio,
en el augurio de la sangre en lluvia,
a la altura de los cerros quetzales
y frente al Gavilán de Extremadura!"
Como parte de la estética del surrealismo, se lee que el poema no da referencias realistas de la batalla, sino que lo hace por medio de las imágenes oníricas. Por ejemplo, en la cita anterior, se habla de la "miel de guerra", para denominar la sangre. El Quetzalumán, en que une al hombre, Tecún Umán, con su nahual, el quetzal. También refiere al río Xequijel, que a sus orillas se produjo el enfrentamiento entre Tecún Umán y De Alvarado. La leyenda dice que el nombre de este río significa "río teñido de sangre", precisamente a causa de esta batalla. Y por último, menciona al "Gavilán de Extremadura", es decir, Pedro de Alvarado, quien nació en esta provincia española de Badajoz, España. Además, habría que notar la relación entre el quetzal de Tecún, y el gavilán de De Alvarado.
Las imágenes oníricas dentro del poema no son sólo visuales, sino que también existen las auditivas. La estética del surrealismo también propone que el texto debe producir una especie de 'hipnosis', para ayudar a los lectores a entrar en contacto profundo con las sensaciones que produce la literatura. Además de la hipnosis que produce el bombardeo de imágenes, las aliteraciones del poema también colaboran a que el lector entre en ese trance, especialmente si lo escucha.
Por ejemplo, las aliteraciones que se producen sobre todo al principio del poema en el fonema /r/, crean dos sensaciones: el sonido del redoblante que llama a la guerra, y también es uno de los fonemas fundamentales de la voz onomatopéyica para el arrullo /ro/:
"Tecúm-Umán, el de las torres verdes,
el de las altas torres verdes, verdes,
el de las torres verdes, verdes, verdes"
Sin embargo, es discutible esta alusión del redoblante de batalla, ya que es un sonido onomatopéyico occidental, no aplicable a la realidad indígena de los tiempos de la conquista, cuyo sonido onomatopéyico para un tambor de batalla es el /bon/, que se encuentra en el poema:
"cuero de tamborón bón, bón, bóron, bón,
bón, bón, bóron, bón, bón, bón, bóron, bón,
bón, bóron, bón, bón, bón, bóron, bón, bón"
Pero, la repetición de sonidos más importante se produce en la vocal cerrada /u/, que se repite en 115 veces.
Tomando este poema en consideración, se observa que Asturias retoma el concepto de que el sonido produce sensaciones, especialmente a través de la vocal /u/ y su contraparte en el poema de la vocal /a/. Casi al final del poema, se nota el cambio entre la a y la u.:
"¡Ya no es Tecúm! ¡Ya no es el tún!
Ahora, es el tán-tán de las campanas,
Capitán."
En estas dos vocales reside la clave de la interpretación de este poema, pues existe una relación binaria y opuesta entre estas dos.
Se ha visto que el fonema /u/, se relaciona con la figura de Tecúm-Umán, dado ya que este nombre repite dos veces este fonema. También se relaciona con el sonido de Tecúm, que es el tún, instrumento indígena maya-k'iche', cuyo sonido onomatopéyico es "tún".
El fonema /a/ se relaciona más bien con la figura de Pedro de Alvarado, denominado "Gavilán" o ""Capitán, en los que se encuentra dos veces esta vocal. El instrumento ligado a este personaje es la campana, que es símbolo del catolicismo y de la cultura occidental, y cuyo sonido onomatopéyico es "tán".
Con estos dos fonemas, se puede analizar las connotaciones temáticas que tiene el poema:
El poema Tecúm-Umán tiene las siguientes connotaciones. Tecúm-Umán es una figura ligada al pueblo maya-k'iche', y Pedro de Alvarado a la cultura española, católica y occidental. El enfrentamiento entre las dos culturas produjo la muerte de Tecúm-Umán, que se puede distinguir como el truncamiento en el desarrollo de la cultura indígena. Es decir, Tecúm-Umán es vida para lo indígena, y Pedro de Alvarado es muerte. Esto también se expresa en términos de libertad y opresión.
El poema, como se observó al principio, relata una historia, que en su final, produce la supremacía de lo español sobre lo indígena. Por eso es que el final es un lamento por la muerte de Tecúm-Umán, y expresa que ya no se oye el tún, sino que el sonido de las campanas, y termina exaltando al Capitán:
"¡Ya no es Tecúm! ¡Ya no es el tún!
Ahora, es el tán-tán de las campanas,
Capitán."
En conclusión, la repetición de la vocal /u/ connota la vida y libertad de los pueblos indígenas de Guatemala, condiciones que tenía antes de la conquista española. La vocal /a/ tiene una connotación negativas, y expresa la opresión de los pueblos indígenas después de la conquista, basándose en los conceptos de la supremacía militar de los españoles (Capitán), y el catolicismo (Campana).
HISTORIA TOTAL DE GUATEMALA
En la mayoría de textos de Asturias, su idea es la de representar la historia total de Guatemala, más o menos de la siguiente manera: hay un estado inicial, en donde todo es paz y armonía (generalmente, esto correspondería a una etapa precolombina). Luego, hay un agente que provoca caos (la Conquista), y después hay una etapa de confusión, que representa el momento actual, en el cual Asturias no sabría qué pasará o qué está pasando siquiera.
Ésta es la estructura de Tecum-Umán, así como de Marimba tocada por indios, otro de sus poemas. Luego de evocar un pasado glorioso, armonioso, representado por una alegre melodía de marimba, Asturias rompe el poema cuando, cito:
"Caen lo refagos. Huyen las mujeres
a tuto o a teta los críos. Plomazos, caballos....", fin de cita.
En este punto, por ejemplo, la simbología de las armas de fuego y los equinos remiten inmediatamente a la Conquista. Después, viene el caos en el poema, que culminará dos estrofas después.
Una estructura similar se observa en Émulo Lipolidón, una fantomima (género creado por Asturias, que es un híbrido entre la poesía y el teatro), en donde el personaje central homónimo al texto, es un, cito:
"¡Fertilhombre
por el parto, soy velludo
de la parte,
bigotudo,
colmilludo
patilludo...!",
es decir, una descripción poetizada de un español.
Émulo Lipolidón busca enamorar a Pimalina Cantabrita, fija del Endomingado Don Cantabro Aspas-Azules. Como ella no le hace caso, Émulo le corta la cabeza a la noche, para que amanezca de golpe.
Como en el Popol Vuh, los fenómenos astronómicos son parte vital en Asturias. Casi siempre en su obra, el sol y el día estará identificado con lo ladino o lo español. En cambio, la luna y la noche, con lo indígena.
Tras cortarle la cabeza a la noche, Émulo enfrenta un juicio, juzgado por, cito:
Siete Mesinos (un Mesino Presidente y seis Mesinos
Vocales)", fin de cita.
El Mesino Presidente le dice, cito:
"no tendremos noche más, y la luz nos hará rubios, luego
albinos, hombres blancos... qué desgracia... moriremos despintados sin nuestro
color de tierra", fin de cita.
La historia refleja el proceso de la Conquista, en donde lo español trata de poseer lo indígena, y ya que no puede por las buenas, lo consigue por la fuerza. Los indígenas se lamentan de su futuro, y piensan en que se volverán blancos, es decir, sufrirán un proceso de ladinización, que es abandonar sus costumbres, su cultura, para convertirse a la otra cultura, aunque no se parezcan en los rasgos étnicos. El texto concluye en que sobreviene un diluvio y todos mueren ahogados, lo que representa que en los tiempos actuales la relación entre lo indígena y lo español está unida, y que los contratiempos deberán sortearlos juntos.
UNA MEZCLA MÁS PERFECTA
Hasta ahora, sólo he mencionado textos asturianos en donde lo indígena no llega a tener una connotación positiva. No recuerdo, por el momento, una obra de Asturias que tenga esa característica. La clave de ello, podría encontrarse en la "Advertencia" que hace el escritor en la edición de 1971 de su tesis, cito:
"La situación del indígena guatemalteco no ha mejorado desde entonces, en lo fundamental, bien que el progreso le haya hecho partícipe de algunos de sus beneficios. La inercia del progreso", fin de cita.
Lo negativo en lo indígena en las obras de Asturias es simplemente su representación de la sociedad guatemalteca, en donde el "indio" vivía (y vive) en las peores condiciones.
Sin embargo, hay unos textos de este autor en donde propone un mestizaje perfecto, en donde la unión de lo indígena y lo criollo (y también de lo urbano y lo rural), logran entremezclarse sin causar daño uno del otro.
En la obra de teatro Soluna, Mauro (representación de lo indígena y lo rural) vive en el campo con Ninica (representación de lo ladino y lo urbano). Ella se cansa de la vida sencilla y decide irse en el tren a la ciudad, dejando a su esposo.
Porfirión, un personaje que representa el pasado precolombino, hace llegar a Mauro la máscara del Chamá Soluna, que tiene el poder de acelerar el tiempo. Mauro la utiliza, y como resultado, Asturias propone probablemente la mejor escena del teatro guatemalteco.
Al ponerse y quitarse la máscara, las luces del teatro se apagarán y se encenderán. Luego, saldrán decenas de personajes que apoyan al Sol, y una cantidad similar apoyando a la Luna. Es un eclipse, que está siendo visto por el espectador con unas dimensiones apocalípticas, que recuerdan al diluvio de Émulo Lipolidón. Esta confluencia de Sol y Luna, como dije anteriormente, es la representación de lo español y lo indígena, es decir, la Conquista.
Una vez pasada esta escena, Mauro cae rendido y duerme. Al despertar, Ninica está de vuelta, sin saber por qué, ya que ella viajaba en el tren hacia la ciudad, y sin darse cuenta ya habían pasado los días, y regresó para vivir para siempre y feliz con su esposo.
La mezcla que propone Asturias es la siguiente: Sol y Luna (elementos ladinos e indígenas) se funden en un eclipse, Soluna, que representa la Conquista, y que ahora, sin darnos cuenta, estamos condenados a vivir juntos y en armonía.
PREOCUPACIÓN CONSTANTE
Desde su primer libro, "Leyendas de Guatemala", Asturias quiso crear una obra en donde fundiera lo ladino y lo indígena, y diera cuenta de una cultura nacional eminentemente mestiza.
Leyendas de Guatemala incluyó el pasado precolombino y colonial, pero que cuyos aspectos ladino e indígena estaban perfectamente diferenciados.
Según los expertos en Asturias, este autor empezó a pensar en una novela completamente mestiza (e intercultural, nombre que se le daría hoy día), casi desde el inicio de la redacción de Leyendas de Guatemala.
Finalmente, lo logró crear con Mulata de Tal, probablemente la mejor novela de Asturias, pero que ha sido poco leída por el lector guatemalteco común.
En esta novela, los mitos y creencias de ambas culturas, se funden hasta lograr realizar un pastiche homogéneo, en donde ya no se diferencia, como en sí ocurre en Leyendas de Guatemala, lo precolombino de lo colonial.
En conclusión, el deseo de evidenciar una mejora real en todos los habitantes de la sociedad guatemalteca, así como dar cuenta que nuestra cultura es realmente mestiza, intercultural, se ha hecho evidente en Asturias desde su misma tesis, en donde habla de la problemática social y del mestizaje cultural como solución.
Éticamente, una ladinización del indígena ya no es correcta hoy día. Sin embargo, ¿acaso no fue estrategia contrainsurgente la ladinización? ¿Acaso la globalización no es también pérdida de identidad? ¿Acaso no se quiere enseñar ahora al indígena a hablar, no sólo español, sino que también inglés?
Asturias fue consecuente y lejos de transculturizar elementos europeos en Guatemala, universalizó la cultura guatemalteca. Desde su tesis, hay evidencias de una preocupación por el indígena y su relación con el ladino, y la propuesta de mestizaje entre las dos culturas, lo cual se reflejó en la mayoría de sus libros.
Dicho sea de paso, su tesis no fue una travesura de joven, sino una propuesta seria que lo acompañaría siempre.
Quiero, para terminar, resaltar la vigencia hoy día en la obra de Asturias, principalmente en su tesis. Cuando ésta se reeditó en 1971, Asturias escribió, cito:
"En todo caso, al publicarse de nuevo mi tesis, quiero subrayar la vigencia de mi protesta de entonces frente a la injusticia con que se trata al indio, actualmente, su total abandono, y la explotación a que es sometido por las clases llamadas pudientes y el capital extranjero", fin de cita.
Además, quiero decir con mucho dolor pero con sinceridad que en Guatemala hemos leído poco sobre nuestro Nobel. No debemos considerarnos satisfechos si hemos leído únicamente "El señor presidente" u "Hombres de maíz"; la propuesta de Asturias es mucho más diversa. Lamento que gran parte de la culpa del poco conocimiento de la obra de nuestro Nobel, reside en el mismo Gobierno de Guatemala, que no se ha preocupado por impulsar la lectura, no sólo de Asturias, sino de tantos otros autores fundamentales. Libros como "El hombre que lo tenía todo, todo, todo", bien podría ser una buena lectura en primaria, y en secundaria, no digamos, se pueden leer otras obras. Y si usted quiere estimular la imaginación de su hijo, léale Leyendas de Guatemala. De cualquier forma, creo que la obra de Asturias aún no se ha interpretado del todo bien. De hecho, creo que muchos de los estudios, sobre todo los guatemaltecos, han estado errados y distorsionados.
La colección Archivos ha hecho una buena labor para comprender a Asturias, y la lectura de estas ediciones críticas deberían ser obligatorias para los estudiosos; habrá que rechazar, casi sistemáticamente, todos los estudios realizados antes de 1980, pues, como mencioné, creo que para entonces no se tenían las herramientas de crítica literaria necesarias para comprenderlo. Y, además, siempre es bueno releer y reinterpretar a un autor como Asturias, pues todavía hay muchas cosas por descubrir de él.
Y quisiera terminar agradeciendo esta oportunidad, y decir que el mejor homenaje que se puede hacer es leer la obra asturiana, por nuestra cuenta, y no caer en los juegos que se han visto este año, y en años anteriores, de desacreditar a una persona. De la vida de Asturias probablemente sabemos poco; para la farándula, se han hecho los programas televisivos de chismes, pero para quienes gustan de la cultura y las letras, la única forma de juzgar a un artista, es a través de sus libros, y no de desacreditaciones de lo que hizo o dejó de hacer un escritor. Así que, ¡a leer!, y como recomendación, les puede decir que se lea principalmente lo menos conocido: el teatro, los artículos periodísticos y las obras más recientes, Tres de cuatro soles y, sobre todo, Mulata de Tal, que es tal vez la mejor de Asturias. Muchas gracias y buenas noches.

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