jueves, 5 de agosto de 2010

Ni la muerte los separó


Fijate, vos, que –sin casaca, chavo-, que Aquél metió las cañas con Aquélla; o sea, pues, que la dejó embarazada el muy mula, fijate. Y, ni modo, le tuvo que hacer güevos.

Y cuando le fueron a hablar a la Mamá de la Chava, les dijo que, ¡a la verga!, que ella no estaba para andar manteniendo güevones, y a su hija le dijo que también se fuera a la mierda, fijate, porque ella no estaba manteniendo putas.

Así que se fueron de la casa, vos. Ella apenas tenía 18 años y él 19. Así que, después de que pasaron bien pizados unos días, a Aquél se le iluminó que fueran a buscar a un su cuaz, que la había metido cuadrada con una camioneta. Simón, fijate vos, que se metió a manejar una nave y le quedaba buen billete de los pasajes de pasajeros.
Apenitas logró que el dueño de los buses lo dejara manejar, fijate vos, porque dizque la ley permite pilotos sólo mayores de 24 años… aguantá, vos, si hay pizados que desde los 17 andan en esas mierdas. Pero como ahora los están asesinando a todos, vaa vos, le dijeron que sí, ‘ta güeno, pero que cualquier clavo, que Aquél dijera que tenía 25 años.

Así se mantuvo unos meses, ganando buen billete, el pizado, hasta que le alcanzó a dar el enganche por una camioneta vieja, con el mismo dueño que era su patrón, pero a este culero le tenía que dar el alquiler a diario, pero ya con su camioneta propia podía cobrar lo que quisiera. A todo eso, la chavita ya les había nacido, porque fue chavita, te había dicho, ¿vaa?

Cuando la niña ya tenía unos dos meses, Aquél logró tener su camioneta, que no la había terminado de pagar, pero ya era suya ya. Simón,vaa, pero cómo es la vida, vaa vos.

Y no ves que el segundo día de que tenía la camioneta, vino el marero cerote, y a él le vale verga las explicaciones, y no ves que el que le vendió la camioneta no le había dicho que ya tenía varias semanas de no pagar la extorsión, y no le dijo nada el muy cerote. Entonces, cuando apenas estaba calentando el motor por la mañana, vino el sicario y le dijo: “hoy si te vino a visitar la calaca, cerote”. Aquélla que vio que le iban a quebrar el culo, se fue corriendo y abrazó a Aquél, vaa… ya vas, según ella que con ella ahí no iba a disparar, pero, qué putas, esos cerotes son perros, vaa vos, y no ves que los plomaceó el pizado.

Simón, vos, muertos para toda su vida. Ya vas.

Y los vecinos que no sabían qué hacer, y oían a la chavita que estaba adentro chilla y chilla, no sabían qué hacer y llamaron a los bomberos para que sacaran a la chavita, porque pobrecita vos. Una señora, de esas shutes que siempre hay, dijo que ella conocía a la mamá de Aquélla, y la fue a buscar, vos. Y cuando la vio ahí toda echa mierda, ahí le dio cargo de conciencia, cuando ella fue la cerota que la mandó a la mierda, fijate vos.

Y ella dijo que se quedaba con la niñita, que le hacía güevos, pero que no tenía ni mierda para el funeral. Entre los vecinos hicieron una coperacha, pero, ay Dios, les alcanzó sólo para un ataúd. Así que no tuvo más remedio que enterrarlos en el mismo ataúd y en el mismo nicho del cementerio público.

Sin casaca, chavo. A lo mero macho que así merito ocurrió. Va, si no querés creer, tu problema, chavo.

7 comentarios:

J M dijo...

Qué bárbaro, me hiciste llorar. Lo peor, es que lo más seguro que sea una historia verdadera... saludos amigo

Anónimo dijo...

Es ke eres inteligente ke te cagas, tío, la hostia puta de bueno.

Anónimo dijo...

Este relato facilmente impresiona a los miembros de la connotada clase media, ladina, urbana. Los guanabíis que les dicen. Pero para quien no pertence a ese club (gracias a Dios), el lenguaje es a todas luces artificial.
Lo intentó también el tal Alan Mills, pero igualmente falso le quedó. Les falta vivir el barrio, muchá. Si pajas.
Ahí se me van por la sombrita.

Eswin Quiñónez dijo...

Qué de awebo esta tu mierda, vos chavo.

Cristian Mejía dijo...

?Pero a quién jodidos le da ganas de vivir el tal barrio, anónimo? Me parece una historia paranoica, buenisima,menos mal soy de clase media, perdón, !media baja!

José Joaquín dijo...

El tema es muy bueno y supongo que sale de algún caso real que hayás conocido por tu chance. La frase "hoy sí te vino a visitar la calaca, cerote" me parece muy real.

Ahora, narrar en primera persona un personaje que no se conoce del todo bien, es peligroso. No sé si escribiste de un sólo tirón y lo publicaste o lo tuviste guardado por ahí algún tiempo. No sé si te lo narró de veras alguien, y de esa manera.

Aunque la historia es buena, me suena algo forzado el lenguaje del personaje. No he oído a nadie de mis cuates o conocidos decir en una conversación "ataúd". Creo que es menos probable que diga esa palabra un tipo como tu personaje.

Una frase que suena que no es el común es "Y no ves..." en comparación con el más usual "Y no mirás pues..."

Luego el personaje menciona a "la chavita". No sé, pero como lector chapín, cuando decís "chavita" más pensás en una niña o adolescente y no en una bebé. Al leerlo se te cruzan los cables con esa palabra. Luego el narrador la llama "niñita" y entonces uno agarra la onda. Pueda que exista alguna palabra marera para referirse a los hijos. Si existe, hubiera quedado mejor. Puede que "chavita" sea lo que se use ahora, yo no sé.

Luego, el último párrafo es totalmente prescindible y suena forzado y me explico:

El narrador se lo cuenta a alguien, pero trata a la historia como increíble, cuando, lamentablemente, no lo es. No es inverosímil. Pueda que consterne, que emputezca, que indigne, pero no es increíble, así que es improbable que el narrador rematara la narración de esa manera, puesto que su interlocutor no podría poner cara de incrédulo.

Luego "el pizado". No existe esa palabra más que entre la gente que escribe mal y obviamente, aquí no está escribiendo el narrador. Ni siquiera se pronuncia así, porque nostros no distinguimos entre la s y la z. En todo caso, esto es discutible según tu intención, y sólo lo comento porque me hace un poco de ruido.

No soy ni pretendo pasar por crítico, pero abusando de la apertura que tenés doy mi parecer como lector. Tanto si te sirve como si no, comento porque el tema del relato casi no se toca en los blogs -sigue siendo doloroso que suceda-, y porque al leerlo me quedó la sensación de que "pudo haber estado mejor".

Un saludo pues. Siempre leo el Diario Paranoico, pero resulta que yo soy también un poco paranoico para comentar. Hoy no, no sé que me pasó.

Vuelvo a callarme.

Anónimo dijo...

@Cristian Mejía: Cuando digo que les falta vivir el barrio lo hago a manera de provocación. Es obvio que cuando un escritor quiere relatar algo bien, debe conocerlo. El anterior amigo hizo un magnífico análisis del porqué el lenguaje que Mario utilizó suena artificial. Por supuesto que sorprende a alguien como vos que apenas conoce dónde queda la esquina de su casa.
De cualquier manera invito nuevamente al amigo Mario Cordero a respirar un poco de aire de asentamiento. A lo mejor te da más luces, inspiración y elementos para no quedarse en el cómodo corral de las falsedades que tanto disfruta "la intelectualidad" guatemalteca.

El Esmaili IV