miércoles, 15 de enero de 2014

Los diez mejores partidos de la historia del futbol

Me encantan las listas. Sobre todo porque dan pie a la discusión. Es cierto que la mayoría hace sus listas de las mejores 100 películas de la historia del cine, o los 25 libros fundamentales de la literatura guatemalteca creyendo que son listas definitivas. Pero una lista nunca lo será, sobre todo porque la memoria es traicionera.

Por eso, tomando en cuenta de que esta semana conoceremos el sorteo de los grupos para el Mundial de Brasil 2014 (del cual, sin lugar a dudas, Francia estará en el Grupo de la Muerte), quiero ofrecerles la lista de los mejores diez partidos de futbol de la historia, de los cuales casi todos pude ver en vivo.

¿Y por qué diez? Porque me da igual haberme puesto de meta diez o catorce o treinta. ¿Y que por qué estos? Porque sí, porque quiero, porque así son las listas que pretenden ser lo más objetivas posibles y terminan siendo lo más subjetivas, porque terminan revelando un poco de la vida misma del autor. Incluyo estos partidos, pero podrían ser otros, sin importar el orden.

Por ejemplo, el partido más emocionante que he visto en vivo fue entre Tipografía Nacional y Amatitlán, en el Torneo de la Liga Mayor de 1986. En ese entonces, con mi papá solíamos ir a ver los partidos de futbol, usualmente de Municipal, o a veces de Comunicaciones. Pero esa era la última fecha y ninguno de los dos jugaría en la Capital. Yo le cuestioné a mi papá que por qué iríamos a ver ese partido, porque sospechaba que sería muy aburrido, tomando en cuenta de que los dos estaban en último lugar del torneo. Y me dijo que, precisamente, por eso, sería muy reñido. Y no se equivocó. Las condiciones del torneo hacían que en ese partido Tip-Nac y Amatitlán se disputaran la permanencia, ya que los albirrojos estaban en último lugar, con un solo punto, y los laguneros en penúltimo con dos, producto de solo una victoria (en ese entonces, cada triunfo daba dos puntos, no tres como es ahora). Si el “Equipo de las Simpatías” ganaba, se salvaba, y si los pescadores empataban al menos, continuaban en Liga Mayor. Finalmente, el partido se saldó con un 4 a 4, incluyendo un gol que debió haber anulado por mano de un delantero de Amatitlán. Yo tenía apenas ocho años y poco me recuerdo de los nombres. Pero recuerdo que fue el mejor partido que he presenciado.

Pero, para ofrecerles partidos que han sido más conocidos, les ofrezco esta lista de los mejores partidos de la historia, siempre contando con mi subjetividad, mis errores de apreciación y las malas jugadas que me dé la memoria.

10. Argentina 1- Brasil 0, Mundial Italia 90
Brasil nuevamente llegaba como gran favorito a un Mundial, pese a que no habían ganado uno desde que ganaron en definitiva el trofeo Jules Rimet en México 70. Italia 90 es recordado como el Mundial menos ofensivo y menos vistoso de la historia.

La Canarinha quería dejar atrás a una generación dorada, pero que nunca ganó un Mundial: Zico, Sócrates, Falcao, entre otros. Y ante la falta de resultados, dejaron por un lado el jogo bonito y se enfocaron en un futbol más equilibrado en defensas. No por nada, las figuras del Mundial para Brasil fue Dunga, un volante de contención. Por su parte, Argentina llegaba mal, sobre todo por Maradona que llegó lesionado. En el partido inaugural había perdido contra un Camerún que sorprendió por su futbol tan vistoso. Según dicen, Maradona jugó infiltrado y con fuertes dosis de drogas que le ayudaban a soportar el dolor y a mejorar su rendimiento. El antidoping aún no había llegado al futbol, y por eso era posible.

En resumen, Brasil debía ganar y empezar su camino a la final, luego de haber ganado sin problemas sus tres partidos de la fase de grupos. En cambio, Argentina pasó de panzazo como uno de los mejores terceros.

Según los rumores, el uso de drogas no solo fue para Maradona; él mismo ha denunciado que, ante la vista complaciente de Bilardo y Grondona, para ese Mundial todos los jugadores tomaban un coctelito, y que, además, si era posible, le ofrecía agua pura con barbitúricos a sus rivales, que los volvía lentos.

Y así, un Mundial que se destinaba para el olvido, no solo para Argentina, tuvo el único momento emocionante en este partido. Maradona, jugando casi en un pie, tomó el balón atrás del medio campo. Todos los albicelestes, con excepción de Cannigia, estaban defendiendo, y Brasil estaba volcado al ataque. El Pelusa tomó el balón y se quitó a uno y a otro, y luego a otro y otros más. En total fueron siete brasileños que no pudieron quitar el balón. El pase final tuvo mayor complejidad porque Maradona apenas usaba la derecha para pararse, así que tuvo que hacer un esfuerzo para patear con la izquierda, casi resbalándose. Entonces, Cannigia, que estaba solo, se encontró con un gol cantado. Solo le restaba Taffarel, quien tampoco pudo hacer nada. Gol.

Argentina tumbó a uno de los favoritos y de allí se encaminaría hacia la final, siempre con un futbol chato, obligando a sus rivales a llegar hasta los penales para definir el partido. Así tumbaron a los locales y esperaban ganar la final, sino es porque un penal casi al final a favor de Alemania le dio a estos la revancha de lo que había sucedido cuatro años atrás.

9. Uruguay 1 (5)-Ghana 1 (3), Sudáfrica 2010
Partido reciente para la memoria, pero bueno de todas formas. Eran los Cuartos de Final y un equipo africano podría llegar por primera vez a semifinales de un Mundial mayor.

Los de Ghana eran un equipo sólido en defensa y con un ataque potente, aunque sus delanteros desaprovechaban muchas ocasiones por su falta de puntería. Pero en general casi nunca extrañaban los goles no anotados. Pero con un equipo mítico como Uruguay, no se puede dar el lujo de fallar.

Ghana empezó ganando al minuto 45. Pero poco tardó Forlán en empatar nueve minutos después. El partido fue muy ofensivo, como lo eran ambos equipos, pero los dos también tenían muy buenas defensas, En el caso de la celeste, el ataque era liderado por el 10, que más que centro delantero se había convertido en un creativo. Adelante quedaban Cavani y Luis Suárez, no tan conocidos como ahora, que son dos de los delanteros más codiciados por los grandes equipos. Pero entonces se daban a conocer.

El partido quedó empatado a 1, pero no por falta de oportunidades. En tiempo extra, el poderío físico de los ghaneses parecía que les ofrecería la ventaja, ante un equipo uruguayo extenuado por la larga temporada de sus equipos en las ligas europeas. Pero nunca antes, desde 1950, se había visto florecer la Garra Charrúa.

Minuto 120 del segundo tiempo extra. Ya no cabía más. Cualquier gol era la clasificación a semifinales. Los ghaneses corrían como si fuese el primer minuto y Uruguay parecía conformado a los penales. Pero tras un tiro de esquina el balón se dirigía al arco celeste. Entonces, Luis Suárez (que en otras ocasiones ha dado muestras de sus excentricidades dentro de la cancha: mordidas al rival, piscinazos, puños, etc.) no duda en detener con la mano el balón.

Obvio. Expulsión. Lágrimas. Luis Suárez tarda demasiado en salir. Asamoah Gyan, referente ghanés de la delantera toma el balón para patear el penal. Lo falla. Los africanos ya los sospechan: esa oportunidad de oro era para aprovechar, porque si no el destino se las cobraría. Y así fue, en los penales, los africanos demostraron que tienen menos experiencia en estos niveles, y que los uruguayos desayunan, almuerzan y cenan futbol desde que nacen. Los cinco sudamericanos anotan sus respetivos tiros, incluyendo al Loco Abreu que lo patea a lo Panenka. En contraste solo tres ghaneses, incluyendo a Gyan que esta vez sí anota, pero era el penal que ya no importaba.

Uruguay se catapulta como una de las mejores selecciones de la actualidad, Forlán fue el mejor jugador del Mundial y sus jugadores adquieren prestigio a nivel mundial, incluso para que los equipos paguen cifras exorbitantes por ellos.

8. El Milagro de Estambul: Liverpool 3 (3)-AC Milan 3 (2), Liga de Campeones 2005
El Liverpool, dirigido por Rafa Benítez, tenía un equipazo, con Dudek en el arco, defensa sólida liderada por Carragher, el mediocampo movido por Xabi Alonso y Steven Gerrard, y la delantera peligrosa por Milan Barros y Luis García. Pero el AC Milan, entrenado por Carlo Ancelotti, tenía lo suyo, con el eterno Paolo Maldini en la defensa, uno de los mejores mediocampo de la historia con Pirlo, Gatusso, Seedorf y Kaká, y la pareja de ataque con Hernán Crespo y Shevchenko.

Ambos equipos llegaban tras un buen torneo, dejando atrás al Machester, Juventus, Inter, Chelsea, entre otros. La final ciertamente reunió a los dos mejores equipos. Al primer minuto, Maldini anotó el gol más rápido de la Liga de Campeones. Y luego Crespo anotó dos veces antes del medio tiempo. Era casi imposible remontar un 3-0. El AC Milan retornó al segundo tiempo pensando en mantener el control del partido, empantanando la pelota en el centro del campo, esperando a que pronto pasaran los 45 minutos y poder levantar la Orejona. Pero no fue así.

Steven Gerrard demostró por qué era el capitán y logró el primer gol de la remontada a los 9’ del segundo tiempo. Šmicer anotaba el segundo y Xabi Alonso el tercero. En quince minutos hicieron lo que parecía imposible: empatarle un partido a un equipo italiano que ganaba por tres goles. No por nada se recuerda a este partido como el Milagro de Estambul, por la ciudad donde se jugó.

Los del Milan reaccionaron para que no les hicieran más, pero en realidad el Liverpool dio la sensación de que podía anotar. Los británicos intentaron llevarse el partido, mientras que los rossoneros parecían conformarse con llevarlo hasta los penales. Los últimos cambios fueron pensando en incluir jugadores que patearan bien.

Pero la estrategia no le funcionó a Ancelotti. Serginho, Pirlo y Shevchenko fallaban sus tiros desde el punto del penal, mientras que los de Liverpool se dieron el lujo de ya no tener que patear el último.

Con esto se confirmó la hegemonía inglesa en la Liga de Campeones, que tuvieron el Manchester United y Liverpool en la primera década del siglo XXI, incluyendo el Chelsea, aunque este no hubiese ganado en esos años una Orejona.
7. Francia 1 (4) – Brasil 1 (3), México 86
Esta era la considerada final adelantada del Mundial de México 86. Brasil, desde la época de Pelé, era el eterno favorito, sobre todo por la generación liderada por Zico, Sócrates, Falcao, Alemao, Careca, entre otros. Y Francia era el entonces campeón de la Eurocopa, con la generación dorada de Platini y compañía.

Lastimosamente se cruzaron en Cuartos de Final, debido a que Francia había quedado segundo en su grupo, detrás de la Unión Soviética. Si no, se hubieran cruzado hasta la final. El primero gol de Careca, pero antes de terminar el primer tiempo Platini empataba. El partido se complicaba para ambos, porque tenían muy buena delantera, pero con problemas en la defensa. Debido a una lesión, Zico estaba en la banca, pero ante el panorama del partido, Tele Santana, seleccionador de la Canarinha, lo hace ingresar en el segundo tiempo.

Fue justo a tiempo, porque minutos después el árbitro sancionaba un penal a favor de Brasil. Zico era el líder indiscutible, así que nadie dudó de que él lo lanzaría. Pero erraría, para fortuna de Francia.

Hubo muchas ocasiones, fue un buen partido, pero se tuvo que ir a tiempos extra y luego a penales. Allí Brasil empezaba mal, porque una de sus estrellas, el doctor Sócrates, falló el primero. Luego hubo una racha de anotados, incluyendo el de Zico que pateó uno, pese a haber fallado durante el partido. El cuarto penal para Francia fue para Platini, quien falló malamente. El partido fue emotivo y será recordado sobre todo porque dos grandes estrellas, Zico y Platini, fallaran un penal.

Brasil respiraba, porque ya había nivelado la serie. Pero justo después de Platini, Julio César yerra también, por lo que Luis Fernandez no le quedó más que anotar el penal que los clasificó a semifinales, donde se midieron a Alemania en una revancha del partido de España 82. Pero los franceses llegaron tan agotados tras el partido frente a Brasil que no pudieron hacer mucha resistencia a Alemania.
6. Manchester United 2-Bayern Munich 1, Liga de Campeones 1999
Si la hazaña del Liverpool al empatarle a un equipo italiano es increíble, la del Manchester United, de ganarle a un equipo alemán en el último minuto, es superlativo.

Los dos porteros eran experimentados: Schmeichel por el Manchester, y Oliver Kahn por los alemanes. Ambos eran los capitanes. Para el Bayern también jugaba una vieja gloria: Lothar Matthaus, que jugaba en su nueva posición como líbero debido a que el paso del tiempo ya no le permitía estar en el mediocampo.

En cambio, el Manchester empezaba a ver los resultados de un grupo de canteranos: Neville, Giggs, Butt, Beckham, Sheringham, lo cual contrastaba con la experiencia alemana.

Los alemanes abrieron el marcador a los cinco minutos a través de Mario Basslar. Tras de ello, lograron mantener el control del partido, el cual podría haberse refundido en el olvido. Al minuto 81, Ottmar Hitzfeld sustituye a su veterano jugador, Lothar Matthaus, para darle descanso y reforzar el control del balón. Pero fue un grave error, porque al mismo tiempo ingresaba Ole Gunnar Solskjær, conocido como “el asesino con cara de niño”, y que casi siempre anotaba cuando entraba de recambio, pero cuando iniciaba como titular casi siempre era un desastre.

Cumpliéndose los 90 minutos, el árbitro dio apenas tres minutos más. El Bayern ya celebraba y Hitzfeld hacía la señal desde la banca que el tiempo había acabado. Pero Sheringham, que había entrado de cambio también, logra el angustioso empate. Fue increíble el bajón que hubo entre los alemanes, por este empate de última hora. De hecho, en la historia del futbol eran los alemanes los expertos en remontar los partidos y los británicos expertos en quejarse.

Y cuando casi todo estaba decidido para ir a tiempo extra, Solskjær anota el segundo gol para el Manchester. Si el empate era sorpresivo, la victoria en tres minutos de reposición ante un equipo alemán es un partido que difícilmente se vuelva a dar.
5. Argentina 3-Alemania 2, México 86
La Argentina de Maradona no había levantado muchos vuelos en México 86. El Pelusa llegaba al Mundial con el cartel de buen jugador, pero necesitaba demostrarlo. De hecho, en ese evento se topó con otros grandes, como Francescolli, Zico, Rummenigge o Platini.

Anteriormente ya había demostrado su valía anotando cinco goles: uno contra Italia, dos contra Inglaterra y dos contra Bélgica. Su juego iba de más a menos. Pero era obvio pensar que sofocando a Maradona podrían tener controlado el partido, así que los alemanes encargaron a Lothar Matthaus su custodia. Matthaus, para entonces, era joven, pero había demostrado que sería un gran jugador. Lo siguió por todos lados y no le permitió hacer mucho.

Pero el error de Alemania fue haberse enfocado en Maradona y haberse olvidado de otros jugadores, como Valdano y Burruchaga, que jugaban en Europa. El primer gol fue a través de un tiro de esquina y cabezado de José Luis Brown y así quedó el primer tiempo. Luego Valdano se escapó y anotó el segundo. Con ello, Alemania reaccionó y fiel a su estilo, logran empatar en seis minutos, faltando diez minutos para el final.

El destino parecía que de nuevo Alemania podría ganar un Mundial. Se miraban más fuertes y Maradona desaparecido. Los teutones estaban tan enfocados en querer ganar el partido, que se descuidaron por un momento. La única falla de Matthaus fue en el minuto 83, permitiendo que Maradona tomara el balón en el círculo central y lanzar un pase preciso a Burruchaga, quien solo tuvo una en el partido y la anotó.

Alemania no se dio por vencida y los minutos finales fueron eternos. Pero Argentina logró soportar la embestida y se coronaron en México y Maradona logró el título que lo hace uno de los mejores futbolistas de la historia.
4. El Partido del Siglo: Italia 4-Alemania 3, México 70
Más conocido como el Partido del Siglo, debido a los constantes cambios en el marcador. Los 90 minutos concluyeron con empate a uno, con goles de Roberto Boninsegna en el minuto 8, y con gol sobre la hora de Karl-Heinz Schnellinger.

Los alemanes quedaron extasiados con este milagroso empate por lo que llegaron con mejor ánimo al tiempo extra. Gerd Müller, el Bombardero, anotó el 2-1 para los teutones (94’), pero luego Italia le dio la vuelta, con goles de Tarcisio Burgnich en el minuto 98 y Luigi Riva al 104.

El segundo tiempo extra continuó con la batalla campal, y Müller de nuevo igualó el partido a tres por equipo. Pero a nueve minutos del final, Gianni Rivera anotó el gol decisivo para los italianos.

Lamentablemente, Italia quedó extenuada tras este partido, por lo que cuatro días después, al jugar contra el Brasil de Pelé, no pudieron hacer mucha oposición.
3. La Mano de Dios y el Gol del Siglo: Argentina 2-Inglaterra 1, México 86
Al llegar a Cuartos de Final, Argentina y Maradona no habían despegado en el Mundial del 86. Apenas habían empatado ante Italia, campeones vigentes, y en Octavos le ganaron a duras penas a sus primos uruguayos, encabezados por Francescoli. Ante Inglaterra, los europeos lucían como favoritos, por la estirpe goleadora de Gary Lineker, que llevaba cinco goles hasta entonces, y Peter Shilton como capitán y portero.

Para aderezar el partido, cabe recordar que pocos meses habían pasado desde la Guerra de las Malvinas, y la superioridad británica en cuestiones bélicas se puso de manifiesto ante Argentina. Y no pocos comentaristas recordaban este hecho para augurar una victoria inglesa en el futbol.

El primer tiempo pasó sin mucha gloria. Los ingleses saturaban el medio campo y se escalonaban muy bien en la defensa. Hacía falta una genialidad para desentrampar el partido. Entonces, un centro inocente afuera del área pequeña y muy alto hacía pensar que Peter Shilton lo tomaría sin problema. Pero Maradona se acercó a presionar pero se animó a meter la mano. Fue el primer gol. El árbitro lo validó, pese a que todo el estadio había visto la irregularidad. Cuando le preguntaron a Maradona (que lo negó) dijo que había sido pero la Mano de Dios.

El partido se abrió. Los ingleses se volcaron para el frente. Pero ello permitió más espacios y Maradona logró tomar el balón desde atrás del medio campo y se fue quitando ingleses, uno por uno, hasta llegar al arco de Shilton para vencerlo de nuevo. No por nada se le conoce a este como el Gol del Siglo.

Al concluir el partido, le preguntaron a Bobby Robson, entrenador inglés, sobre los dos goles y respondió: El primero era ilegal; pero el segundo vale por dos, dando a entender que reconocía la derrota.

Para descontar, Lineker anotó a 9 del final, solo para llegar a seis goles y quedaron como el máximo artillero de México 86.

Con este partido, Maradona se terminó de consolidar como la gran estrella y Argentina pasó a ser el gran favorito del Mundial, sobre todo por la caída de Brasil ante Francia.
2. Alemania 3 (5)-Francia 3 (4), España 82
Semifinales de España 82. Francia y Alemania eran dos de los equipos favoritos. Por un lado, una generación dorada encabezada por Michel Platini, respaldada por Rocheteau, Amorós, Tigana, Batistton, entre otros. Del otro lado, Rummenigge, Harald Schumacher, entre otros.

Alemania se había puesto al frente con gol de Littbarski, de quien los locutores guatemaltecos lo llamaban con el sobrenombre de “Migajita”. Luego, para variar, fue Platini quien empató para los galos. El partido era de alta tensión, pero se volvió una campaña campal cuando tras un pase del 10 francés se vio solo Batistton. Todo apuntaba para el gol, pero Schumacher llegó a toda velocidad para intentar despejar el balón, pero no atinó a darle. En cambio, chocó de frente con el delantero francés, quien tuvo que abandonar el partido en camilla, aparentemente muerto por la conmoción cerebral que le dejó el golpazo, además de una vértebra rota y dos dientes menos. Y el gran portero alemán ni siquiera vio la tarjeta amarilla.

Ello calentó el partido y el juego arreció en dureza, pero también en calidad. Pese a las situaciones de peligro, el empate perduró en los noventa minutos, así que debieron irse a tiempo extra. Apenas tres minutos del alargue, Trésor ponía en ventaja a Francia, y luego Alain Giresse ponía el 3-1, lo que hacía parecer que los galos irían a la final.

Pero, como dice el viejo y conocido refrán: el futbol es un juego de once contra once en el que siempre gana Alemania. Y aquí fue que confirmaron esta leyenda. En cinco minutos, los alemanes empataron: Karl-Heinz Rummenigge, primero, y Klaus Fischer, este último de chilena. Con diez minutos por jugar, ambas selecciones estaban ya exhaustas, por lo que finalizó el tiempo extra sin otra anotación.

En penales, los alemanes fallaron primero, por lo que Francia otra vez tocaba la final. Pero nuevamente empataron en los penales, y las dos estrellas de cada equipo, Platini y Rummenigge, anotaron sendos penales para completar la ronda de cinco tiros por equipo. Se iban a muerte súbita y Schumacher logró atajar el disparo de Maxime Bossis, por lo que Horst Hrubesch solo tuvo que anotar el penal del triunfo.

Dos años después, Francia era campeón de la Eurocopa y se ratificaba como serio candidato para México 86, pero en semifinales nuevamente se toparon con Alemania, que otra vez ganó, solo que sin necesidad de tiempos extras o penales. La razón: los Bleus llegaban agotados tras un difícil partido en Cuartos de Final con Brasil.
1. Maracanazo: Uruguay 2- Brasil 1
Nadie en su sano juicio dudaría que este ha sido el mejor partido de la historia. Brasil había arrasado en el Mundial de 1950 y por fin se expondría como una de las potencias del balompié. El estadio Maracaná, por aquel entonces con 200 mil aficionados, estaba abarrotado para ver a la Canarinha levantar el trofeo. Con un empate le bastaba.

En cambio, Uruguay necesitaba ganar forzosamente. Sabían de sus carencias e incluso, en el vestidor, antes del partido, Juan López, entrenador uruguayo, les había dicho que no se preocuparan por ganar, solo quería no perder por muchos goles, y que con perder por cuatro se daba por bien servido. Y luego salió. Entonces, Obdulio Varela, capitán charrúa, les dijo: Juancito es un buen entrenador. Pero no estoy de acuerdo con él. La única forma en que podemos salir orgullosos de aquí es con el trofeo.

El partido fue un constante ataque brasileño. Pese a ello, Uruguay logró soportar el primer tiempo con el empate a cero. La Canarinha volvió al ataque. Los jugadores y los 200 mil aficionados presentes sabían que solo era cuestión de tiempo. Y así fue. Al 47’, Friaça anotó. Todo parecía encaminado, el público estalló en alegría. Sabían que no podían perder, porque Uruguay necesitaba hacer no uno sino que dos goles, y se miraba imposible. En cambio, parecía que Brasil podría hacer más. Jules Rimet, presidente de la FIFA, incluso entró al vestuario para preparar su discurso de entrega del trofeo a Brasil y pedir que le pusieran la placa de campeón para los de la verdeamarella.

Pero Obdulio Varela de nuevo mostró la personalidad. Tras el gol, tomó el balón y empezó a discutir con los árbitros. Su objetivo era que el partido no se reanudara, sino hasta que se calmaran los ánimos en la grada. Seguramente, era fuerte la presión de 200 mil almas en contra de once uruguayos. Se tardó tanto en protestar que la grada terminó por callarse y los jugadores brasileños se pusieron nerviosos. Algunos incluso percibieron el cambio del destino que se jugó en ese momento.

No es desconocido. Uruguay empezó a ligar pases y jugadas, mientras que los brasileños jugaban nerviosos. Juan Alberto Schiaffino, primero, al 66, y luego Alcides Ghiggia, al 79, le dieron el segundo título a la Celeste.

Cuando Rimet salió al final del partido, él no sabía lo que había ocurrido. No sabía por qué todo el estadio lloraba y llamaba al capitán brasileño para darle el trofeo, pero no entendía por qué no lo recogía. Entonces Obdulio Varela se acercó y le dijo: Este es nuestro.
Maracanazo


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