El 1 de mayo se celebró el Día del Trabajo, que en nuestro país es poco significativo si se toma en cuenta que más del 75 por ciento de la población económicamente activa se encuentra en el subempleo.
La mayoría de pequeños negocios se encontraban abiertos: tiendas, abarroterías, taller de mecánica, sastrerías, etcétera, ya que no pueden darse el lujo de perder la clientela, sobre todo un día en que muchos aprovechan para hacer algunos mandados.
No digamos los grandes negocios: hiper abarroterías, mega centros comerciales, ventas de hamburguesas y de pollo, etcétera, que tampoco dan descanso a sus trabajadores. En cuanto a los vendedores informales no pueden parar ni ayer ni otro día, incluyendo domingo, ya que prácticamente viven al día. Hay que aceptar que el Día del Trabajo es nulo para la mayoría de los trabajadores.
En Guatemala, los sindicatos han perdido fuerza para poder hacer cumplir los derechos laborales; actualmente, observamos un conflicto con los maestros, que, pese ha gozar de un sindicato durante muchas décadas, éste ha sido poco capaz de mejorar las condiciones laborales de sus miembros. Seguramente, este conflicto terminará cuando la dirigencia acepte "aunque sea" ese aumento del 8%, que significa realmente poco más de cien quetzales.
Al observar las noticias de Europa, las marchas sindicales exigían que el sueldo mínimo fuera de mil euros (diez veces más que en Guatemala), trabajo para jóvenes y posibilidad de contratación de jubilados; sus sindicatos estaban muy bien organizados, gozando de la aceptación del público.En cambio acá, es todo lo contrario, en donde los sindicatos no gozan de la simpatía del público y los trabajadores no sienten una verdadera representación de sus dirigentes.
El problema laboral consiste en que el trabajo es fundamental para la sociedad. Karl Marx basó toda obra en el hecho de que el trabajo diferencia al ser humano de los animales, ya que por ello es capaz de transformar la naturaleza para nuestro bien.
El trabajo, además, debe verse como el verdadero agente democratizador de las sociedades, ya que las actividades laborales son las que hacen al ser humano realmente libre, con capacidad de tomar decisiones.
Pero, en Guatemala, el tema del trabajo ni siquiera está puesto en discusión. Al contrario, está "patas arriba".
El escritor guatemalteco Augusto Monterroso, a través de uno de sus personajes, Eduardo Torres, decía: "Mientras en un país haya niños trabajando y adultos sin trabajo, la organización de ese país es una mierda". (Lo demás es silencio)El trabajo es el agente democratizador de las sociedades, ya que le da capacidad a las personas de tomar decisiones en libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario