jueves, 4 de octubre de 2007

Citizen Kane

¡Rosebud!
Charles Foster Kane
Orson Wells dirigió Ciudadano Kane en 1941, la película que ha sido catalogada a lo largo de la historia del cine como la mejor de todos los tiempos. Aunque sentimentalmente cada amante del cine prefiera otra como la mejor, ninguna antología de cine se atrevería a decir lo contrario.
Esta película es poco conocida en Guatemala (debido al embargo cultural al que nos han mantenido los comerciantes del entretenimiento, que buscan sólo productos de consumo y no de alta cultura).
Su argumento es muy simple: Charles Foster Kane es un megaempresario de los medios de comunicación que muere en la más completa soledad, la cual fue cosechada por su deseo de manipular la verdad a través de sus periódicos. Quiso ser popular ofreciendo al público “la verdad”, pero murió en soledad.
Recuerdo hoy esta película puesto que la metáfora de Wells, sobre la manipulación de la verdad en los medios de comunicación, la estamos viviendo hoy día a través de las mal llamadas encuestas de opinión en procesos electorales.
Digan lo que digan, las encuestas manipulan el proceso electoral. Sólo porque a algunos se les ocurre quiénes deben encabezar las encuestas, se impone a puro tubo a quienes van a recibir mayor financiamiento y a quiénes invitar a foros presidenciales.
Para mí, las encuestas son ociosas, pues no contribuyen a la democracia. Lo único que ofrecen es saciar el morbo de la gente que desea conocer por anticipado quién ganará, pero se olvidan que para esto están las elecciones.
Se sabe, y no sólo de parte de los partidos políticos, sino de casi cualquier producto comercial, que las empresas encuestadoras manipulan la verdad en los resultados para satisfacer a sus clientes. Y es obvio; las encuestas necesitan financistas, y si éstas no satisfacen al dueño, éste no las pagará.
Se dice, en un discurso falso, que las encuestas sólo son una “fotografía” de la realidad, pero el margen de error con el que se juega es como si esta fotografía estuviera desenfocada, para que el financista interprete qué es eso que se mira borroso.
Se dice, también, que una encuesta es como tomar una gota de sangre a una persona; con esta muestra, se puede determinar enfermedades, niveles de azúcar, etc., pero se olvidan que la sangre es homogénea y la opinión de los votantes no lo es.
Se dice, además, que hay encuestas y Encuestas, y que algunas se equivocaron enormemente y que otras sólo un poquito, como que si los errores humanos admitiesen porcentajes.
El Ciudadano Kane muere en la completa soledad por la manipulación de la verdad, así como murió El Gráfico cuando empezó a manipularla. Además, las encuestas no son la única forma en que algunos medios manipulan la verdad. Habrá que recordar aquella publicación en donde se señalaban a los cabecillas de Pavón, sólo para justificar sus asesinatos un día después; o aquellas noticias que dicen que hay hambruna en una región, sólo para justificar un generoso “puente de alimentos”, por ejemplo.
Por último, dicen los “encuestadores” que a ningún medio de comunicación le convendría manipular las encuestas, pues esto publicar mentiras sólo afectaría negativamente al medio; sólo falta que se lo digan a los dueños de los medios.

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