miércoles, 17 de octubre de 2007

Popwujiana

¡Que todos se levanten, que nadie se quede atrás!
Pop Wuj
Por fin, los Señores de Xibalbá fueron vencidos por los míticos gemelos, quienes, tras derrotar a la oscuridad, ascendieron en forma de astros para alumbrar el día y la noche.
Y del maíz que trajeron los animales, se creó la raza nueva, y, así, se constituyó una nación, y gracias al fuego que nos dieron nuestros dioses, nuestra civilización tuvo un gran auge.
Sin embargo, desde la venida de Tonatiuh, quien se hizo pasar por Gucumatz, se instituyó que no fueran gemelos ni el pueblo quienes gobernaran, sino que fuera un regente que velara por los intereses del Imperio, que se localiza allende de nuestras fronteras. Hemos sobrevivido más de 500 años de gobiernos que no gobiernan.
Debido a la confusión que armaron los extranjeros en nuestras tierras, los Señores de Xibalbá resurgieron del inframundo, y de nuevo han instaurado su reino de terror. No les bastó 36 años de guerra; no les bastó ese lapso para robar nuestros niños, para violar nuestras viudas, para reclutar a nuestros hijos, para mercar nuestra dignidad por unos cuantos granos del ixim sagrado.
Ahora, los Señores de Xibalbá han salido de la oscuridad, para llevar a los hombres y a las mujeres hacia la pobreza. Han subido la tasa de interés líder para detener el crecimiento económico del país; se han aprovechado del grosero aumento del barril de petróleo, de la escacez de trigo y de la crisis hipotecaria que impera en otros países.
Enviaron a sus mensajeros para asesinar pilotos de transporte colectivo, para matar a activistas políticos y para acosar periodistas, e, incluso, para acribillar a diputados del reino hermano del Cuzcatlán.
Como sucede cada cuatro años, Hunahpu e Ixbalanque han bajado de su trono celeste, para intentar poner orden; uno ha prometido que derrotará a los Señores de Xibalbá con mano dura, y el otro dice que sólo con inteligencia los vencerá. Sin embargo, mientras los gemelos no se unan de nuevo, los Señores de Xibalbá seguirán reinando.
Pueblos hermanos, preocupados por la situación de nuestras tierras, han enviado a un comisionado para que luche contra la impunidad; pero los Señores de Xibalbá esperaron a que diera la vuelta para asesinarnos de cinco en cinco.
Y, lo peor, es que esta vez ni siquiera nos permitirán que nos despidamos de nuestros montañas y de nuestros valles, sino que de una vez nos eliminarán, a base de hambre, cansancio y balas. Escribo esto para que quede testimonio de nuestra historia, nuestros orígenes y nuestras creencias, a la entrada de una nueva era.
Gumarcaaj, 8 cimi, 14 yax.

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