miércoles, 20 de febrero de 2008

¿Existió alguna vez Tekum?


En los últimos años, varias personas han manifestado que no existen pruebas de la veracidad de Tecún Umán, quien es considerado como el héroe nacional de Guatemala. La leyenda cuenta Tecum que lideró a las fuerzas k’iche’s para detener el avance de los conquistadores que venían fortalecidos con guerreros tlaxcaltecas del actual México. En la batalla del río Xequijel, en Quetzaltenango, Tecum se enfrentó a Pedro de Alvarado; y guerrero indígena hirió al caballo y antes de poder arremeter contra el jinete, el español lo atravesó con su lanza.
Debido a que el río se tiñó de sangre, el río fue bautizado así, y debido a las plumas de quetzal que Tecum portaba, se denominó Quetzaltenango al lugar. Todo ello es referido en “Títulos de la casa Izquín-Nehaib, señora del territorio del Otzoyá”, crónica indígena publicada por primera vez por Adrián Recinos, junto con otras recopiladas bajo el título de Crónicas indígenas de Guatemala, y en el Título K’oyoi, publicado por Robert Carmack. Ambas crónicas fueron escritas originalmente en k’iche’ en el siglo XVI.
La constancia de la batalla entre españoles y k’iche’s fue consignada por Pedro de Alvarado en sus “Cartas de relación”, aunque en ellas no evoca el nombre de Tecum.

No existió
Últimamente, se ha dado la versión de que la historia de Tecum Umam no es más que una leyenda, y que el personaje fue extraído de la versión romantizada de las danzas que los frailes utilizaron para evangelizar a los indígenas.
La versión más seria de esta hipótesis es la publicada por Guillermo Paz Cárcamo en su libro La Máscara de Tekum, quien considera que los frailes utilizaron el Baile de la Conquista para evangelizar a los indígenas, y que de ahí se extraería la leyenda del príncipe k’iche’ que se impregnaría en las crónicas indígenas antes mencionadas.
Se establece, por muchas evidencias, que el nombre de Tecum Umam no aparece en fuentes fidedignas, y que en las que está establecido, como en la Recordación florida de Fuentes y Guzmán, o textos de José Milla, ya tienen la figura hecha leyenda, por lo que carecen de valor histórico.
Asimismo, en las enumeraciones de las casas reales indígenas, no se menciona a un Tecum, nombre que, a su vez, tampoco tiene raíz en las lenguas mayas, sino que procede del náhuatl.

Sí existió
Investigaciones recientes aseguran que es apresurado declarar la falta de existencia de Tecum sólo por la falta de pruebas. Habitualmente, la repetición de la leyenda en otras fuentes, refiere que la historia es muy fuerte como para haber sido simplemente inventada. Además, antropólogos estarán de acuerdo en que es difícil que una leyenda que carece de por lo menos algunos vínculos con la realidad, logre penetrar tanto en el inconsciente colectivo de un pueblo.
Según el investigador holandés Ruud van Akkeren, quien publicó La visión indígena de la Conquista, Tecum sí existió, sólo que la comprobación de su veracidad no es tan simple.
En primer lugar, considera que las crónicas indígenas que refieren la historia de Tecum fueron escritos antes de que los frailes lograran crear el Baile de la Conquista. Al principio, las danzas evangelizadoras se referían a otros contenidos, más bien religiosos, y no de carácter histórico. Para Van Akkeren, es más probable que los frailes hayan extraído de las crónicas indígenas la historia de Tecum y del resto de las batallas, para crear la danza.
En una larga revisión que hace Akkeren, considera que la batalla en Xequijel sí tiene fundamento histórico, y de ello no hay confusión. Asimismo, se acepta que un príncipe k’iche’ lideró los ejércitos. Algunos creen que éste líder no era Tecum Umam, sino más bien otro.
Akkeren revisa la genealogía de las casas k’iche’ de esa época y, según los modos jerárquicos, logra establecer el nombre de quien tenía que asumir el liderazgo de los ejércitos. Para el investigador holandés, el nombre es Tecum, simplemente. El acompañante de “umam” es el título que se le confería, el cual refería que era el Capitán Mayor del Ajpop.
Habitualmente, se conoce al personaje como Tecún, pero por las investigaciones, incluso las que intentan establecer su inexistencia, refieren su nombre con el variante de Tecum, el cual debería escribirse como Tekum, pues el alfabeto k’iche’ carece del grafema “c”.
Tenía razón, pues, Miguel Ángel Asturias en su poema “Tecúm-Umán”, en referir su nombre con “m” final, y razón en dedicarle un poema, pues, aunque aún no haya consenso en su existencia, sí es un hecho que la leyenda se ha impregnado en el inconsciente colectivo del guatemalteco, tan así que se continúa considerando el héroe nacional y su celebración sigue ocurriendo el 20 de febrero de cada año.

1 comentario:

Hop Hunahpu (Quintus) dijo...

Si no existió igualmente lo creamos...pero de que existe ahora, existe.