miércoles, 21 de mayo de 2008

Reflexiones sobre la Rabia


La Iliada” de Homero, más que contar sobre la guerra de Troya, narra la cólera de Aquiles, quien, insultado por Agamenón, se retira de la batalla, dejando en una posición difícil a los griegos frente a los troyanos.

Aquiles reacciona cuando Héctor mata en combate a su amigo Patroclo, su sirviente y amigo. Más enfurecido aún, Aquiles regresa para matar a Héctor. Pero esto no le apacigua la rabia, y se queda con su cadáver. Tanta es la cólera, que ata el cuerpo a su carroza, y lo arrastra por todo el campamento griego. Conocedores de la literatura griega suponen que “La Iliada” debió de llamarse “La cólera de Aquiles”, porque es ésta el verdadero centro de la narración.

La semana pasada vi a Aquiles, de nuevo sacando su rabia, cuando ató a un ladrón a un camión en Chimaltenango; y lo arrastró hasta matarlo. Un día después, en Sololá, vapuleó a dos extorsionadores, matando a uno en las llamas.

Por mucho que se diga en contra de los linchamientos, éstos despiertan, incluso, simpatías, porque de alguna forma u otra implementan la justicia tan anhelada, que el Estado no es capaz de proporcionarla.

De otra obra literaria, recuerdo “Fuenteovejuna” de Lope de Vega, donde el pueblo lincha al regidor por violar a sus mujeres, entre otros delitos. Cuando el Rey de España llega a preguntar quién lo mató, todos, al unísono, respondieron: “Fuenteovejuna lo hizo”.

Los linchamientos sólo son un indicio del grado de rabia que tenemos dentro, por la injusticias y por la ineptitud del Estado para resolverla. La espuma no nos sale de la boca sólo por pudor. Vivimos con un alto grado de cólera. Sólo hay que oír hablar a las personas en las camionetas (“Fijate vos que vino ese pizado, y yo le dije que se metiera el dedo en el culo, mano”); o a las señoras al regresar del mercado (“vendedor hijo de la gran puta, ya le subió a esas sus mierdas”). O leer los comentarios ofensivos contra Marcela Gereda en el blog de elPeriódico (“Lo que esta Marcela Gereda necesita es simple y muy sencillo de lograr: Tres plomazos en la cabeza y con eso se acaba todo. Muerto el chucho, se acaba la rabia.”)

Mientras tanto, el Gobierno sólo se le ocurre declarar Estados de Prevención, para que no se nos desborde la cólera y no afectemos los negocios de la clase alta. Algunos no se pudieron aguantar la rabia por quince días, y por eso les enviaron a los antimotines para que hacerlos tragar la insatisfacción.

De igual forma, otros siguiendo las enseñanzas de la no violencia, exponen inteligentemente su rabia, y hacen huelga de hambre frente a Casa Presidencial; es decir, que igual que toda la población, no comen, pero ellos lo declaran para que los escuchen. Pero el Gobierno sólo ha de verlos como chuchos jiotosos y rabiosos, y ni siquiera les presta atención.

Dicen que el Ministerio de Salud está implementando actualmente una campaña de vacunación contra la rabia para perros y gatos, pero debieron haber empezado vacunando contra la rabia a la población; una vacuna antirrábica, pero no en el ombligo, sino directo al hígado de la gente. Una vacuna llena de seguridad alimentaria, de lucha contra la violencia y de justicia.

Pero si un día me demoro, no te impacientes ya volveré más tarde. Será que a la más profunda alegría, me habrá seguido la rabia ese día; la rabia simple del hombre silvestre; la rabia bomba, la rabia de muerte; la rabia imperio asesino de niños; la rabia se me ha podrido el cariño; la rabia madre, por Dios, tengo frío; la rabia es mío, eso es mío, sólo mío; la rabia bebo pero no me mojo; la rabia miedo a perder el manojo; la rabia hijo zapato de tierra; la rabia dame o te hago la guerra; la rabia todo tiene su momento; la rabia el grito se lo lleva el viento; la rabia el oro sobre la conciencia; la rabia, coño, paciencia, paciencia. La rabia es mi vocación.” (Silvio Rodríguez)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy triste este artículo, porque es cierto.

Qué tal, te saludo nuevamente. He tratado de leer más de tus post de arte que se me han hecho interesantes pero no he podido por falta de tiempo. Espero hacerlo el fin de semana. Leí tus puntos sobre mi comentario en lo de la Farandula y todo quedó más claro y estamos de acuerdo, aunque en su momento si puedo te daré yo también otra opinión.

Bueno, respecto a este post, al inicio me emocionó porque empezaste con la Iliada. Hace unas semanas pude ver "Troya" con Brad Pitt y no me cuadró mucho la historia comparado contra la obra que yo leí de pequeño (que ahora me di cuenta que estaba demasiado resumida) porque parece ser que a los guionistas de Hollywood no les preocupa para nada ser fieles con las obras originales, y si bien algunos especialistas sugieren lo que decís, de llamarla "La Cólera de Aquiles", ellos (guionistas de Hollywood) harían exactamente lo contrario. Habían tantas cosas extrañas en la película que quise leer nuevamente mi famoso resumen, y por suerte encontré, de paso, en Internet la obra completa. Pero bueno, el tema al final no era tanto sobre la obra.

Personalmente estoy convencido de que el problema de Guatemala - comentando un poco lo de los linchamientos - no es ni politico ni economico ni de actitud como de justicia. En Guatemala sencillamente no existe la justicia y más que votar por un presidente debieramos votar por los magistrados del OJ. Esa ansia es la que provoca esa rábia que vos decís, en mi opinión.

Bueno, que estés bien. Con el mayor respeto para todos tus lectores, me sigue pareciendo ironico que el tema de Farandula tuviera tantos comentarios y el resto no. Parece ser que al final lo que más nos mueve son las alfombras rojas y las notas amarillistas, quizá sean los colores adecuados.

Un saludo.

la-filistea dijo...

La rabia, es necesaria más cuando ésa misma nos obliga a ser mejores con nosotros mismos el no permitir mas abusos y muchos sentimientos a favor que puede despertar la rabia siempre y cuando se haga -digamos- en defensa propia.

Lo canijo está, cuando la rabia la provoca algo tan banal, como enojarse porque alguiena actúa o piense diferente y de ahí las concecuencias pueden ser peores.Pero en un país donde el castigo se aplica a unos cuantos, es normal andan echando espuma por la boca y hacer cualquier tonteria en contra de cualquiera.
Y a quién culpamos . . . pues a la rabia no?.

Anónimo dijo...

Por qué se camufla la verdadera "amenaza" que una tal María Martínez le hiciera a la nena Gereda ese día, Mario?
Y esta es la generación que cambiará Guatemala? Puta, estamos pisados pues...

Mario Cordero Ávila dijo...

Gracias por sus comentarios, amigos. En el caso del comentario o comentarios de María Renata Martínez, me parece digno de mención y de análisis. Yo no la conozco, ¿alguien de ustedes sí? Su discurso parece inteligente, pero no es más que la repetición de nombres y de teorías, que no aportan nada para nuestra realidad.
Si yo en un comentario digo: "Leyendo la otra vez a Foucault, me hizo recordar a Derrida y a cierto libro de Borges, en donde critica a Sartre por sus posturas políticas", por la mención de estos intelectuales, pareciera que yo estoy diciendo algo inteligente, aunque no esté diciendo nada. Para ampliar esta teoría, podrían referirse a "Obra abierta" de Umberto Eco, o a "Ahí está el detalle" de Cantinflas.

Anónimo dijo...

Cantinflas es la más exacta referencia para analizar los discursos de Mario Roberto Morales en voz de Marcela Gereda, Mario Palomo, Mario Castañeda, Andrés Zepeda (aunque este parece el más torpe es en realidad el más cabrón. Al menos lo aparenta bien), etc.

Al menos se les reconoce que sirven, Cantinflas y Morales, para pasar un rato entretenido.