sábado, 20 de septiembre de 2008

Bienvenida, posmodernidad


La Editorial Cultura publicó este año Megadroide Morfo-99 contra el Samuray Maldito, el cual fue el cuento de Julio Calvo Drago ganador del Premio Nacional de Cuento y Relato Bancafé-elPeriódico de 1998. Entonces, fue publicado en ese matutino; sin embargo, no había sido publicado en formato de libro.

Diez años pasó, pues, para que la publicación fuera realizada. Textualmente, es la misma versión, salvo algunos cambios que realizara el autor, como unificar la temporalidad verbal en tiempo presente, o modificar dos nombre. En lo restante, es la misma versión.

La estructura del cuento refiere a una historia central, que es la lucha violenta entre el Megadroide Morfo-99, quien supuestamente es el bueno, y el Samuray Maldito, presunto malo de la historia. ¿Por qué pelean? No se sabe; sólo se sabe que lo hacen con mucha saña, y que la lucha es interminable; cuando uno está derrotado, el otro resurge como el Ave Fénix y le atesta un golpe al otro que da nuevos aires a la lucha.

En el ínterin, Calvo Drago enlaza con mucha habilidad otras historias, como la de unos payasos que suben a una camioneta en Palín, Escuintla, y, tras realizar su acto cómico, proceden a asaltar a los usuarios; o la historia de un hombre que sufre la violencia de un vecino que es militar retirado y que está alcoholizado; o la de un niño que se aburre de la violencia de la televisión y los videojuegos, y por ello ataca a un gato, un perro y una planta.

Es decir, el punto central es la violencia sin sentido; la violencia que no tiene fundamento, ni causa, ni origen, ni objetivo.

Temáticamente, pues, este cuento es una crítica audaz, aunque lúdica, en contra de la violencia. Tal vez el título logre confundir y haga pensar que se trata de una lectura ligera o que es un producto cultural pop.

Lejos de esto, Calvo Drago nos golpea con nuestro propio lenguaje, y nos invita a reflexionar sobre la violencia. Esa violencia que nos corrompe, que nos hace bocinar en el tráfico cuando alguien, por alguna broma del destino, se queda parado con desperfectos mecánicos; o la violencia que nos hace gritar para dar una simple sugerencia, o que nos hace dar golpes cuando alguien no hace las cosas como a nosotros nos gusta; o la violencia que nos hace linchar a un delincuente, ya que la policía y el sistema de justicia es incapaz de resolver el conflicto.

Es decir, ¿por qué pelea el Megadroide contra el Samuray? Para saberlo, habría que preguntarse sobre por qué somos nosotros tan violentos, sobre por qué nos gustan las películas con exceso de sangre y balas, o las noticias de nota roja.

Lingüísticamente, como se podrá observar en el título de cuento, Calvo Drago se apropia del lenguaje de las computadoras, de los cómics y la manga japonesa, de los juegos violentos, como Mortal Kombat o Street Fighters, la publicidad, las marcas registradas, de la Internet y otras tecnologías actuales.

Por ejemplo, el Megadroide es capaz de cambiar de forma, si es que lo solicita a una especie de satélite. En el siguiente párrafo, se observa un buen ejemplo del lenguaje en una de las transformaciones de uno de los personajes:

HyperSorcerer®, motor operativo de la EtéreaNet®, después de responderle con un frío pero empático: "Vaya. Por fin algo de acción. Esto ya parecía caricatura japonesa para niños", procesa el input en microsegundos/ / /processing /processing /processing/connection_succeeded/waiting_for_reply/waiting_for_reply/wating_for_reply/satelliteLink=F8/


Este tipo de estilización léxica tiene el objetivo de acercar el tema de la violencia por la violencia, a un lenguaje actual, el cual también nos provoca tensión y ansiedad.

El cuento no tiene final, ya que, por ser un tema sobre la violencia eterna y recurrente, el relato finaliza como si se apagara la televisión en medio de una película; el hecho de que ya no se vea la película por televisión, no quiere decir que se deje de trasmitir... ésta sigue y otro la verá.

De las 92 páginas, sólo unas 35 son del cuento en sí. El resto se refiere a reseñas publicadas, y también sobre otros juegos lúdicos en torno al cuento. Éstos recursos, los juegos lúdicos, son de resaltar ya que aportan otros significados al cuento.

Literariamente, se debe reconocer en el Megadroide... varios aportes formales, como el uso de intertextualidades, es decir, de referencias (frases, ideas) de otros textos literarios, que, incluidos en el cuento de Julio Calvo, dan una gama más amplia de significados.

Por ejemplo, si en este libro se hace referencia del brevísimo cuento monterrosiano, sólo que parodiado en “Cuando despertó, el Samuray Maldito todavía estaba allí...”, sin que el lector logre evitarlo asimila el texto de “El dinosaurio” con este cuento, convirtiendo a la figura del dinosaurio en la violencia o cualquier otro tema que el lector logre reconocer.

La diagramación de libro es otro aspecto muy importante. La edición estuvo al cuidado del mismo autor, por lo que supongo que él fue capaz de incluir los diferentes juegos visuales que hay en esta publicación.

Esto representa un cambio en la edición en Guatemala, ya que usualmente no se presta atención a estos aspectos, los cuales son muy importantes, ya que si no se ofrece una presentación atractiva, por muy bueno que sea el texto, corre el riesgo de que el lector no tenga ganas de leerlo.

Todo esto (edición, lenguaje, temática, diagramación, etc.) nos acercan a una literatura más cercana a los patrones posmodernos del arte. Aunque, desde hace varios años, ya se conocían algunas expresiones posmodernas en la literatura, sólo que en dirección a otras aristas de la posmodernidad (parodias monterrosianas, literatura testimonial, estrategias textuales y extratextuales, etc.). Por ello, el Megadroide... debe ser considerado como un hito en la historia de la literatura y la edición de Guatemala, ya que presenta cambios sustanciales en sus páginas. Tal vez podamos referir que estamos frente a una cumbre de la literatura actual.


FICHA TÉCNICA
CALVO DRAGO, Julio. Megadroide Morfo-99 contra el Samuray Maldito. Guatemala: Cultura (Colección Narrativa, Serie Miguel Ángel Asturias, Número 32), 2008. 92 páginas. ISBN: 978-99922-0-186-2

Otras reseñas:

Ronald Flores

Revista Luna Park

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen día. Muy entusiasta la apreciación tuya sobre la literatura guatemalteca, Mario. Muy profunda la crítica de la obra.

Tengo el gusto de conocer a Julio Calvo y algo más de su trabajo y me parece muy bueno el hecho de que él estuviera a cargo de la edición. Desconozco el trabajo editorial, etc. pero en mi opinión así debiera ser en la mayoría de casos, con cada autor.

Si este momento fuera un momento cumbre de la literatura actual (supongo que en cuanto a contenidos), falta mucho trabajo paraleo a eso, ya que en los institutos y colegios se sigue exigiendo a los niños leer "El Sí de las Niñas" de Moratín (y toda esa "herencia hispana" de hace 5 siglos, no porque los maestros quieran sino porque así es el pensum oficial), y otra gran cantidad de obras que los jovenes jamás leerán. En cambio, se debiera incorporar esta literatura a los pensum, pero ahora, no dentro de 60 años, para estimular a los joves a leer y a escribir, y que se publicara a más escritores contemporaneos. Paralelo, también falta más profesionalismo de parte de muchos escritores y editores y que la literatura guatemalteca no sea ese "cirtulito" que es, porque en muchos casos se puede leer la filosofía "cien puertana" (snob del Cien Puertas) y su misma temática de toda la vida y ser más proactivos (no creer que en Guatemala nadie lee solo porque no leen sus libros, y buscar cómo acercarse a los lectores).

Éste genero me parece sumamente interesante, porque invita a la reflexión como menciona el post, sobre algo como la violencia y describe situaciones actuales, pero no intenta explicarla (como hacen otros autores sin ningúna base científica sino desde una perspectiva romantica y literaria), ni mucho menos cae en esas incursiones en la problematica étnica, política e historia de Guatemala, sino únicamente muestra lo que hay con un valor estético alto.

Felicitaciones a Julio Calvo (de parte de Tato) y ojalá todo ese movimiento literario crezca y sea lo que menciona este post y tenga la difusión suficiente.

Un saludo.