sábado, 14 de marzo de 2009

Revisitando el Popol Vuh


La semana pasada, fue develado uno de los frisos de la aún soterrada ciudad de El Mirador, en el norte de Petén. El friso, que forma parte de un acueducto, daba cuenta de una escena del Popol Vuh.


“Es una joya increíble, un diamante en bruto. No hay nada en América Latina comparado con esto. Es una joya mundial”, exclamó en ese momento el arqueólogo estadounidense Richard Hansen, emocionado por dar a conocer el friso, el cual databa de 300 años antes de Cristo. Con ello, Hansen logra así un resultado más que satisfactorio en sus 30 años de investigar la antigua cultura maya.


No obstante, con el descubrimiento del friso que data de los años 300 antes de Cristo, se puede afirmar que los mayas habían alcanzado un desarrollo antes del que pensaban los expertos.


Aparte de la belleza del friso, ¿qué descubrió Hansen? El mural representa a Hunahpu e Ixbalanque, nadando sobre el río que los conduce a Xibalbá. Es de notar esta particularidad, ya que era una imagen adecuada para el acueducto. Pero, a la vez, genera de nuevo el debate sobre el Popol Vuh y sobre su supuesta contaminación con el cristianismo colonial.


GENERALIDADES


El Popol Vuh es un libro que sienta las bases testimoniales rescatadas del pueblo k’iche’. Ofrece detalles de su cosmogonía, de sus orígenes y de la descendencia, todo ello, probablemente escrito para dejar huella en un cambio de época.


No se sabe quién lo sentó por escrito con caracteres latinos; en algunos casos, se ha considerado que fray Francisco Ximénez, un sacerdote que convivió con indígenas de Quiché y Chiapas, fue quien los escribió, tras escuchar la narración oral, pero de ello, aún no se ha podido confirmar.


Lo que sí es cierto, es que Ximénez fue su primer traductor, en una primera versión la cual tituló Manuscrito de Chichicastenango, según la región donde recavó la información -ya sea oral o escrita- (Lea: TRADUCCIONES).


La historia presenta varios capítulos, pero tal parece que es el intento de enlazar las concepciones cosmogónicas y antropológicas del pueblo k’iche’, con lo que el transcriptor –en nombre de su estirpe- sentía ante la amenaza colonizadora.


Da inicio con el relato de la creación del mundo. En realidad, es el relato de la creación de los primeros hombres con sus mujeres. Sin embargo, para llegar hasta ahí, la tradicional oral refería la necesidad que la raza iniciara bajo el “signo de la luz”. Es por ello, que el relato inicial hace énfasis en que todo estaba en la oscuridad e inmóvil.


Las traducciones no lo han logrado reflejar bien, ya que el Popol Vuh, incluso en la versión más conocida de Adrián Recinos, parece ser muy confuso el relato. Pero el narrador del libro, se esfuerza por describir el “reino oscuro” que predominó antes de la historia de los k’iche’s.


El relato que forma el eje central es la historia de los gemelos Hunahpu e Ixbalanque, quienes deben derrotar a los señores de Xibalbá, quienes a su vez habían matado a su padre. Esta pareja surge de una historia fantasiosa, en la que interviene la princesa Ixquic. Una vez derrotados, la oscuridad desaparece y los gemelos asumen su posición en el firmamento, uno como Sol y otro como Luna, iluminando a la nueva raza.


En adelante, el relato comienza a parecerse más realista, desde la creación de los primeros hombres, hasta el paso de las generaciones para llegar al pueblo k’iche’ de entonces.


TRADUCCIONES


El primer traductor fue fray Francisco Ximénez, de quien se conoce la versión original en caracteres latinos, alrededor de 1701 (siglo XVI). Su manuscrito está formado por dos columnas: una con la versión en k’iche’ y otra su traducción al español.


Su traducción no fue muy buena, ya que intentó adaptar su pensamiento occidental en una lógica indígena, lo que resultó un confuso texto (Lea: CRÍTICA NEOCOLONIALISTA). Posterior, intentaría una segunda versión, menos literal, la cual fue incluida en Historia de la Provincia de Santo Vicente de Chiapa y Guatemala de 1722.


Los manuscritos de Ximénez permanecieron archivados en el Convento de Santo Domingo hasta 1830 cuando fueron trasladados a la Universidad de San Carlos de Guatemala. En 1854, fueron encontrados por el austriaco Charles Scherzer, quien en 1857 la publicó en Viena bajo el título Las Historias del origen de los indios de esta provincia de Guatemala.


El sacerdote y misionero Charles Étienne Brasseur de Bourbourg sustrajo el escrito original de la universidad, lo llevó a Europa y lo tradujo al francés. En 1861 publicó un volumen bajo el título de Popol Vuh, Le livre Sacré et les mythes de l'antiquité Américaine.


Esta versión fue la que dio a conocer en mayor medida este libro a nivel mundial, y por ello, usualmente se le denomina como Popol Vuh. Varias décadas después, Miguel Ángel Asturias intentaría una traducción del francés al español, pero su versión no logró aceptación por confusa. Probablemente, el error fue haber traducido el libro de una traducción.

El libro original fue vendido al coleccionista Alfonso Pinart, más tarde su viuda lo vendió a su vez al etnólogo Otto Stoll, posteriormente fue comprado por Edward E. Ayer, quién lo devolvió a América. Actualmente, la primera traducción de Ximénez al castellano, y su Manuscrito de Chichicastenango se encuentran en la Biblioteca Newberry, en Chicago, Estados Unidos.


En pleno siglo XX, se han hecho esfuerzos por traducir de mejor manera el Popol Vuh, iniciando por la versión de Adrián Recinos, la cual ha sido la más difundida en español. Adrián Chávez también intentaría una traducción, más completa, pero que no ha tenido tanta difusión. En los últimos años, una nueva versión ha sido publicada por Sam Colop, en la cual revisa la traducción y la mejora, además de modificarle el nombre a Popol Wuj, por considerar que ése es el nombre correcto.


CONTROVERSIA POR EL NOMBRE


El Popol Vuh ha sufrido modificaciones en cuanto a sus nombres. Por ejemplo, la versión de Adrián Chávez fue titulada Pop Wuj, por considerarlo su nombre correcto. Sin embargo, la más reciente traducción, la de Sam Colop, ofrece justificaciones sobre su nombre, al cual ha sugerido Popol Wuj.


De hecho, Sam Colop corrige sobre la sugerencia de Chávez, a quien no demerita, sino que le reconoce su valioso aporte en su traducción.


No hay esfuerzo que sea completamente inútil, y por ello, toda sugerencia sirve de base para ir mejorando las versiones y, así, el conocimiento de las cosas. Es probable, que la controversia en los nombres del Popol Vuh sirva para establecer diferencias entre las traducciones, sobre todo las hechas al español, que es donde más existen.


Sin embargo, es probable que al final sobreviva, de un modo general, el nombre de Popol Vuh, ya que por siglos fue conocido de esa forma, y aunque contenga algunas inconsistencias y señalamientos, es un modo ya estandarizado y consensuado de llamarlo.


En lo que sí parece haber consenso, es en la traducción del nombre, el cual ha sido identificado como Libro del Consejo o Libro de la Comunidad.


CRISTIANISMO


Tradicionalmente, el Popol Vuh se ha visto como un libro con clara influencia cristiana. Escrito en caracteres latinos en plena Colonia española, se ha considerado que quien lo transcribe –generalmente atribuido a un indígena alfabetizado- tenía ya introducidos muchos sesgos cristianos. Otros más aseguran que el mismo Ximénez, en su transcripción, optó por modificar la historia, a fin de “cristianizarla”


Por ejemplo, la historia de la creación del mundo y del hombre, o el nacimiento de los gemelos de una madre virgen, han sido recursos para quienes quieran justificar la presencia de valores cristianos en el Popol Vuh.


Incluso, ha habido posturas más radicales, como la de René Acuña, en la cual argumenta que el Popol Vuh no tiene raíces maya-k’iche’. “el Popol Vuh es un libro diseñado y ejecutado con conceptos occidentales. Su unidad de composición es tal, que da pie para postular un solo recolector de las narraciones. Y no parece que éste haya sido un autodidacta espontáneo nativo, que se puso a redactar las memorias de su nación”, dice en su libro (Ver BIBLIOGRAFÍA). Su hipótesis es que el Popol Vuh sirvió para los misioneros lograran cristianizar a los nativos, en un sincretismo entre sus creencias acopladas con las occidentales.


Acuña se basó en los errores de transcripción cometidos por Ximénez. “Si la fidelidad con que Ximénez copió y tradujo el texto quiché fuera el criterio para establecer la autenticidad del Popol Vuh, habría, de inmediato, que declararlo falso. [...] Enumerar a detalle todos los desfiguros que Ximénez introdujo podría justificar un trabajo de páginas cuyo número no se puede cuantificar. [...] Ante la imposibilidad de efectuar aquí un examen pormenorizado de las traducciones que hizo Ximénez del Popol Vuh, tendré que limitarme a decir que son desiguales y muy infieles, y que el fraile omitió traducir un elevado porcentaje del texto. Mi apreciación se basa en el minucioso análisis comparativo que he realizado de las primeras 1180 líneas del Popol Vuh con las dos versiones españolas de fray Francisco. Pero mi intención no está dirigida a desacreditar la competencia lingüística de este religioso, sino a hacer manifiesto que, con el escaso conocimiento de la lengua quiché que poseía, resulta natural que haya desfigurado la obra al copiarla”.


Sin embargo, esta hipótesis se basa exclusivamente en el manuscrito de Ximénez, versión de la cual se han producido la mayoría de traducciones serias del Popol Vuh. Pero, ¿si este relato ya existía de antes?


CRÍTICA NEOCOLONIALISTA


El Popol Vuh ha sido explicado, tradicionalmente, desde una óptica occidental. Tan así, que se le ha denominado como “la biblia de los k’iche’s”, intentando hacer una analogía entre un referente indígena con una imagen occidental-cristiana.


Para intentar encontrar la génesis del libro, que habría generado la versión de Ximénez, muchos han querido explicarlo con diferentes hipótesis, que van desde el relato oral hasta la transcripción en piedra. Incluso, hay quienes aseguran que en algún códice maya, de los que aún se preserva, se encuentra ilustrado el Popol Vuh en escritura maya.


Pero en este intento por justificar un texto anterior, se ha querido buscar un texto con caracteres latinos original, lo cual supone un grave error de concepción. La literatura occidental, desde sus inicios en Grecia, supuso la transcripción de la literatura en forma escrita, y con caracteres fonéticos.


Desde ese punto de vista, probablemente sería imposible ubicar una versión del Popol Vuh. Sin embargo, habría que replantearse la forma tradicional de ver la literatura, y reconocer que también hubo otras formas de transmisión.


En primer lugar, hay que recordar que la literatura inició, en todas sus germinaciones, a través de la oralidad, y es probable que ésta siga siendo su fuente primordial en las letras actuales.


Por ello, el descubrimiento de Hansen, en El Mirador, abre los ojos hacia otras dimensiones de la literatura maya. ¿Por qué? Quiere decir que el Popol Vuh existía desde antes del Cristianismo. De hecho, existía desde antes de Cristo. Usualmente, no se han valorado las manifestaciones mayas de su escritura, como la expuesta en los códices, murales, escalinatas y sus frisos –como en este caso-, lo cual ha provocado una pobreza en la investigación. En los últimos años, quizá décadas, los investigadores de la cultura maya han sabido reconocer los aportes en las fuentes que occidentalmente no se consideraban como literatura.


Gracias a ello, hoy podemos tener mayores certezas de la historia maya, ya que se han valorado estas fuentes de información.


El Popol Vuh ya había quedado de manifiesto. Incluso, habría que despertar la atención de que no es una historia exclusiva del pueblo k’iche’, como supuso Ximénez y los otros estudiosos, sino que proviene de la profundidad de los inicios mayas.


El Mirador también está cambiando la forma de percibir la cultura maya, ya que era usual que se considerara el esplendor de la cultura en el período Clásico, pero esta ciudad está ofreciendo detalles asombrosos, que se anticipó al desarrollo social, económico y científico de Tikal, la que hasta hoy se considera la ciudad más importante del Clásico. (Ver: APORTES DE EL MIRADOR)


EL MIRADOR

“Es la cuenca natural y cultural más grande del mundo maya, del hemisferio y del mundo en términos de volumen”, refiere el arqueólogo Hansen, como adición a los comentarios hechos tras su descubrimiento del friso de Hunahpu e Ixbalanque.


El experto está convencido que los mayas, junto con la china, mesopotámica y egipcia son las mayores "civilizaciones que construyeron el mundo".


Aunque "el mundo está despertando su interés para que El Mirador se cuide y se preserve", los fondos son insuficientes para devolverle su esplendor, toda vez que la cuenca la forman unas 4 mil pirámides, pero 3 mil 500 están en proceso de exploración.


La más impresionante es la famosa pirámide La Danta, la cual no está totalmente descubierta, hasta el momento la más grande de las construidas por los mayas, con 300 metros de ancho por 600 de largo y alcanza una altura de de 72 metros.


Como una forma de generar ingresos, la embajadora de Francia Michèle Remis, anunció que en 2011 se expondrán entre 150 y 200 piezas de El Mirador en el Museo Du Quai Branly en París.


Entre tanto, el gobierno guatemalteco gestiona los trámites para que el lugar sea reconocido como Patrimonio de la Humanidad por el Fondo de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Cultura y la Educación (Unesco).


Según las investigaciones, los mayas construyeron estos inmensos monumentos entre el 200 y 150 antes de Cristo, pero abandonaron el lugar entre los años 150 y 200 de nuestra era.


Después de 500 años de abandono, volvieron a ocupar la zona para construir residencias modestas y la dejaron para siempre hacia el 900 de nuestra era.


Aunque El Mirador es una mina arqueológica, el acceso es difícil porque se necesitan tres días para ingresar por tierra, mientras que el tiempo se reduce a 30 minutos en helicóptero desde aeropuerto Mundo Maya, ubicado en Santa Elena, unos 520 km al norte de la capital.


Ante ello, solo unas 3 mil personas visitan anualmente este complejo incrustado en la selva de Petén, considerada el segundo pulmón de América después de la cuenca del río Amazonas en Brasil.



BIBLIOGRAFÍA

  • Acuña, René. Temas del Popol Vuh. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1998.
  • Akkeren, Ruud van. Authors of the Popol Vuh. Ancient Mesoamerica 14: 237-256. 2003
  • Brasseur de Bourbourg, Charles Étienne. Popol Vuh: Le livre sacré et les mythes de l’antiquité americaine. Paris: A. Bertrand, 1861.
  • Carmack, Robert M. Quichean civilization: the ethnohistoric, ethnographic, and archaeological sources. Berkeley: University of California Press, 1973.
  • Carmack, Robert M., y Francisco Morales Santos. Nuevas Perspectivas sobre el Popol Vuh Guatemala: Editorial Piedra Santa, 1983.
  • Christenson, Allen J. Popol Vuh: The sacrd book of the Maya. Winchester, Inglaterra: O Books, 2003
  • Colop, Sam. Popol Vuh: Versión Poética K’iche’. Guatemala: Editorial Cholsamaj, 1999.
  • Edmonson, Munro S. The Book of the Counsel: The Popol Vuh of the Quiché Maya of Guatemala. Middle American Research Institute, Publication 35. New Orleans: Tulane University, 1971.
  • Estrada Monroy, Agustín. Popol Vuh: Empiezan las Historias del Origen de los Indios de esta Provincia de Guatemala. Guatemala: Editorial José de Pineda Ibarra. Edición facsimilar del manuscrito de fray Francisco Ximénez, 1973.
  • Girard, Rafael. Esoterismo del Popol Vuh. México: Editores Mexicanos Unidos, 1948
  • Himelblau, Jack J. Quiche Worlds in Creation. Culver City, California: Labyrinthos, 1989.
  • Recinos, Adrián. Popol Vuh: Las antiguas historias del Quiché. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1947.
  • Popol Vuh. Traducción al inglés de Delia Goetz y Sylvanus G. Morley. Norman: University of Oklahoma Press, 1950.
  • Schultze-Jena, Leonhard. Popol Vuh: Das heilige Buch der Quiché Indianer von Guatemala. Stuttgart, 1944
  • Tedlock, Dennis. Popol Vuh: The Maya Book of the Dawn of Life. New Yok: Simon and Schuster, 1985.


Foto de Eduardo González. El arqueólogo Richard Hansen explica los detalles del friso, en donde se puede observar a Hunapú saliendo del inframundo hacia la abuela Ixmucané. Este friso se supone formaba parte de un sistema de acuífero en donde se desarrollaban rituales el cual data del período Preclásico de la era maya, 2300-2500 a.C.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Un buen fundamentado post, te felicito.

Definitivamente el mirador es una joya arquitectónica mundial, ojalá se de el apoyo económico internacional para seguir con las excavaciones que revelarán mucho más acerca de la civilización maya.

Saludos

Oraleeeeeeee!!!

Anónimo dijo...

Opino que los sitios debe resguardarse y protegerse del inmoral saqueo de piezas arqueológicas. No creo sea el momento adecuado para seguir con las exploraciones, pues no contamos con los suficientes avances científicos (ojalá don Diego Vásquez pudiese comentar algo al respecto)para desenterrar sin causar daños serios a toda esa reliquia histórica. Quizá en algunos años, cuando dejemos de
pensar en el Mirador como un "potencial atractivo turístico", un Disneylandia en el cual es permitido dibujar corazones con tachuelas o pretender emular a los escultores del preclásico con nuestros inmortales "I was here" que Tikal, Iximché, Zaculeu y otros lucen para vergüenza de nuestros descendientes más próximos.

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

No dejaste nada olvidado, te cuento que hasta mi papá que ya va por los 60 te lee. Saludos.

Anónimo dijo...

Don Mario:

Buen día. Es interesante ver cómo usted ha formado un círculo de lectores, y cómo logra manipular la opinión publica, hablo del caso de la piratería, y cómo de la misma manera puede usted y los demás medios influir en la opinión de la gente respecto al trabajo de Hansen y de las traducciones del Pop Wuj. Yo invitaría al lector a que investigue un poco más sobre el trabajo de Hansen y lo comparase con el de otros arqueologos que trabajen actualmente en Guatemala, y que publicaran acá algún informe de los trabajos de Hansen, más allá de los recortes de Prensa Libre, si es que existen. Lo mismo con las distintas traducciones del Pop Wuj, aunque conociendo a los guatemaltecos y su orgullo mal fundamentado, estoy seguro que la mayoría no han leído ni la de Recinos.

Como le manifesté en alguna ocasión, su trabajo periodístico me había parecido muy bueno, sobre todo al compararlo con los demás periodistas de Guatemala. Pero en sus temas de investigación, fuera de los temas de arte, por ejemplo, no sé de dónde saca sus fuentes porque afirma que en Guatemala no venden la película "Fight Club" en DVD original. No sé si lo dijo en serio, de veras.

Con ese razonamiento tautológico, al mejor estilo de Dina Fernandez, y por eso le decía en otro de sus blogs que si ahora nos va a presentar las publicaciones de El Diario El País de España como científicas al referirse al tema del narcotráfico en Colombia, usted justifica que esté promocionando aquí al Sr. Buki.

Por supuesto que no lo estoy criticando, ni a nadie por comprar películas piratas. Yo ni las compro en la 6a., yo primero las descargo por Internet, y si algo me interesa lo compro y si no lo borro, y ya. Tengo mi opinión al respecto, sobre los monopolios, oligopolios, derechos de autor, etc., que realmente no interesa acá. Y no me escandaliza para nada que Guatemala sea el segundo lugar en piratería, de América.

Sabía que la mayoría de las peliculas que mencionó estaban libres en sus derechos de reproducción, pero Mario, si usted copia una pelicula, o si copia mil, está (o estamos) cayendo en la misma infracción.

Además, yo no dije que el tema fuera étnico, dije o sugerí que es cultural.

Y no me va usted a negar que el ladino razona de esta forma: "Qué mal que si llega a Presidente llegue a robar, pero qué mula que estando ahí no lo haga". Culturalmente los ladinos son así, o somos así, y no en Guatemala, en toda latinoamerica y no lo digo yo, por ejemplo, para no caer en el estilo periodístico, le recomiendo al lector las tésis y los trabajos de Ramón Gonzalez Ponciano. Después nos quejamos de la sociedad que tenemos, pero en mi opinión, nunca llegamos al fondo del problema.

Bueno, saludos y éxitos a todos. Gracias por permitirme opinar.