domingo, 5 de abril de 2009

Love myself better than you

Éramos muy jóvenes. Creo que durante aquel año no dormí nunca. Pero tenía un amigo que aún dormía menos que yo y algunas mañanas se le veía pasear por delante de la estación a la hora de la llegada y salida de los trenes. Lo habíamos dejado poco antes en su portal, ya de madrugada, pero Pieretto había querido dar otra vuelta, ver el amanecer y tomar un café; luego estudiaba las caras adormiladas de los barrenderos y los ciclistas. Ni siquiera él recordaba con claridad las conversaciones sostenidas durante la vigilia nocturna. Las había digerido y ahora decía con tranquilidad:

- Es tarde ya, me voy a la cama.

El diablo sobre las colinas

Cesare Pavese

A veces es sorprendente que algunos textos sean tan entrañablemente tuyos, que hasta parecía que los hubieras podido escribir de la misma forma. Y ése es uno de tantos casos que me ocurre con el párrafo inicial de la novela de Pavese, y que desde ese instante me atrapó.


De igual forma, ese año, y los subsiguientes, yo dormía poco, y pese a la lucidez que yo pretendía tener, todo se me olvidada. De hecho, empecé a escribir para recordarme, pero todo lo que he escrito en esa época terminó siendo, irremediablemente, borrado de la memoria de la computadora.


La noche, para mí, siempre fue un tormento; pero más lo recuerdo cuando me torturaba pensando en la mujer (o, en ese tiempo, mi mujer) que podría estar en cualquier parte a esa hora de la madrugada… y, lastimosamente, mentía muy bien, para poder disimularlo. En ese tiempo, entonces, no había celulares ni nada por el estilo, que te comunicara tan rápido con la persona que querés. E, igual, no podías llamar impunemente a las tres de la mañana, sin que una voz –seguramente del papá- molesta te contestara, y vos colgaras, aunque sabías que él (y ella, si hubiera estado) sabría quién había sido.


My girl, my girl, don't lie to me

Tell me where did you sleep last night


El despertar de la conciencia debe estar provocado por un tremendo choque. Nuestra sociedad está creada para adormecer inteligencias. Si no, hay que revisar los pensum de estudio de la educación primaria y básica, e, incluso, en las universidades; fácilmente, estamos atrasados al menos medio siglo.


Así que ser adolescente y vivir en una sociedad dormida, puede ser una experiencia dulce y poco traumática. Pero vivir en la misma edad, en una sociedad que pujaba por despertar, podría ser traumático.


Sí, claro, eran tiempos banales. De novias fáciles y de MTV; Beverly Hills 902010 no volverá a ser tan famoso, a pesar de su remake.


Y, en ese contexto, recordar a Kurt Cobain, se puede fácilmente inferir por qué, ahora, él es un icono (y un héroe) de esta generación.


El mundo era violento, pero nadie hablaba de violencia… Todo parecía ir en un curso “normal”. Con la Firma de la Paz, aparentemente, vendría la cooperación extranjera y todo se resolvería.


Los intelectuales volverían a casa, y Guatemala sería ese paraíso soñado por 500 años.


Her husband, was a hard working man

Just about a mile from here

His head was found in a driving wheel

But his body never was found


Smells like teen spirit es un mal ejemplo. Una banda underground se posicionó con mucha fama en MTV, y la canción pasó a llenar las emisoras locales –acostumbradas a las baladas de Camilo Sexto- y hasta motivar a los tímidos adolescentes a bailar en las kermeses. Mal fin para una canción que podría ser considerada como la generacional.


Pero ese espíritu, que salía a gritos desgarradores pero –aún así- entonados, de la garganta de Kurt Cobain, parecía ser la representación de la conciencia juvenil que intentaba romper los moldes que se habían confeccionado después de la traición hippie de la sociedad de los ochenta.


De a poco, fui descubriendo en el Nevermind, pero sobre todo en In Utero, toda esa ansia de rebeldía que necesitaba; Kurt Cobain era una especie de Dios, en un mundo que no tenía dioses. Su coherencia es asombrosa. Su estilo, digno de imitar, pero sobre todo de analizar: crear vínculos con el pasado, y siendo aún, a pesar de todo, iconoclasta; sin emotividad, pero con una sensibilidad con la que te identificás; hoy día, aún se puede rastrear su influencia: en la forma de vestir; en la creencia que una banda underground puede llegar a ser famosa, los emos, etc.


Las canciones de Nirvana son asombrosamente fáciles, quizá por su minimalismo. Sin embargo, tenían tal complejidad, que Rolling Stone consideró a Kurt Cobain como uno de los mejores guitarristas de la historia. Y, a pesar de su aparente facilidad, la dificultad consistía en la asombrosa capacidad de distorsionar acordes; de crear canciones para las cuales debían desafinar conscientemente una guitarra, como en All apologies. Pero, más que la música, la letra, con alma, característica que le falta a miles de cantantes:


  • Sell the kids for food
  • What else could I write? I don’t have the right
  • Love myself better than you


Kurt Cobain fue tan coherente en su idea, que siendo underground le molestaba -y nunca llegó a dominar- la fama. Quizá de ahí provenga una explicación sana de su supuesto suicidio, ante una estética hedonista.


Su muerte, ocurrida hace quince años, marcó en mí algo más que la caída de una estrella de rock. Quizá no debería decirlo, pero Kurt Cobain es quien realmente provocó un cambio social en el arte de los noventas. Hoy aún me emociona Where did you sleep last night?, una canción del folk gringo, que adquiere otro sentido cuando Cobain la cantó en el Unplugged. Mi conciencia se despertó de golpe a punta de acordes distorsionados de su mano zurda.


My girl, my girl, where will you go

I'm going where the cold wind blows


In the pines, in the pines

Where the sun don't ever shine

I would shiver the whole night through




A veces es sorprendente que algunos textos sean tan entrañablemente tuyos, que hasta parecía que los hubieras podido escribir de la misma forma. Es sorprendente que las canciones de Nirvana puedan ser tan tuyas.

6 comentarios:

E. Cárdenas dijo...

Mario, y sobre la música prehispanica nos podrías contar algo? Podrías mencionar alguna forma musical prehispanica? Podrías analizar la forma de una pieza marimbística del altiplano o será que les falta evolucionar para estar a la altura de las marchas funebres de la Semana Santa?

Qué cachureco sos. No te conozco, y esto ha de sonar abusivo, pero qué decepción tan grande vos, tu reportaje sobre el libro de Semana Santa que publicaste en La Hora. Ojalá escribieras uno así sobre los Lugares Sagrados de los Mayas y sobre las demandas de Oxlajuj Ajpop y sobre cómo la minoría dominante las ridiculiza.

Definitivamente sos un "chapin" más. Ya me parecía raro que hubiese periodismo objetivo en Guatemala, e imparcial. O más bien, una visión distinta periodistica sobre Guatemala. Creo que junto al reportaje donde Lucia Escobar pretende civilizar a los kaqchiqueles de Panajachel (si supiera ella a quienes les quiere hablar de cultura y civilización, si supiera...), el tuyo de la Semana Santa y la descripción tuya de todos: sus sabores, olores, tradiciones, Caña Real, Celso Lara y el INGUAT, bla bla bla, se merecen un homenaje, pero a la reificación de la dominación de una minoría extranjera que se ha perpetuado en Guatemala.

De cualquier forma, éxitos en tu vida periodística. Y me despido de este blog, donde siempre se me recibió muy cordialmente.

Un saludo a quienes me saludaron por este medio, y me despido así porque no todos los guatemaltecos somos iguales y hay posturas radicales que uno no se debe permitir compartir.

Un saludo al maestro Jälbalam, aunque no necesite leerlo.

Atte.

Mario Cordero Ávila dijo...

Bueno, Tato, entonces le agradezco su última visita. Nunca el título del post estuvo tan ad hoc.

Guillermo Barquero dijo...

El Nevermind era el disco que todo el mundo tenía que andar escuchando en el walkman, pero del que la inmensa mayoría no descubrió joyas como Stain away o Drain You (une versión en vivo inmejorable, la de Cobain con el pelo rojo). Recuerdo que mi mejor amigo y yo nos íbamos por el In Utero y por el Incesticide, una de esas obras raras hasta para el propio artista, uno de esos universos alternos cargados de furia y cosas tan extrañas (y bellas, y salvajes) como "Mexican Seafood". Qué buenos tiempos.

mmmesquinca dijo...

where did you sleep last night... fue una canción de LEADBELLY... pero ese cover al final del disco te pone los pelos de punta.. esas canciones hablaron mucho de una generación que salía de reagan para entran a clinton y que empezaba a probar los CD's... a la postre... cobain fue genuido hasta donde pudo y eso es lo que todavía nos hace gravitar hacia su letras...

Cristian Mejia dijo...

Primer comentario, Otro cangrejo! *ver arriba*
Me hiciste recordar a Claudia Navas cuando trabajaba en aquel canal de música, la esperaba a ella y claro a las rolas de Nirvana o Smashing Punkings, melancolicas tonadas de una generación que cayó del cielo en tiempos de cambios fingidos, diluidos y ligeros. Saludos!

madrobyo dijo...

Que mentirosos son todos.
Todos crecimos oyendo Ricardo Arjona (aunque lo negues) y Los Tigres del Norte, algunos más cultos, como yo, también oímos The Bukis y Bronco...


Ahhh... me siento emocionado.