jueves, 16 de julio de 2009

El lenguaje como personaje


Ricardo Piglia es un pibe y escritor argentino; se caracteriza por su insistencia en pirar y buscar nuevas formas de novelar. Plata quemada es la reconstrucción de un golpe, historia real, en donde unos cafishos pelafustanes en Argentina, lograron robar a una institución municipal bacán, que cometía el error que cada mes, recorría cierto tramo con los morlacos en efectivo de todos sus trabajadores. Estos boludos los interceptaron, y huyeron a Uruguay con la guita.


Sin embargo, fueron perseguidos por la cana argentina, hasta rodearlos en su escondrijo, un bulín de poca monta. Por varias horas, se vivió la tensión y la bufosa sonando; los agentes no se animaba a soltar el plomo, ya que el escondite estaba en el último nivel de unos alquileres, y no podía afectar a los demás vecinos, mientras que los capos no escatimaban las balas.


Esta historia no fue chamuya; fue real, un caso bastante sonado de los meses finales de 1967; sin embargo, por la poca memoria histórica de los latinoamericanos, se olvidó pronto. Según relata Piglia, él mismo escuchó el testimonio de una de las minas implicadas, que tras salir de la cafúa, regresó a su pueblo. En el tren en que coincidieron el autor y esta ex convicta, le contó toda la historia, de la cual él recordaba algo.


La historia parecía increíble, inverosímil, y sin más atractivo que el llegar al clímax de la bufona. La escribió terminándola en 1977, pero sin mucha emoción. Sin embargo, al paso de los años, tuvo la oportunidad de reencontrarse con la historia, que le dio un giro interesante.


Durante el tiroteo de noviembre de 1967, un operador de radio intentó -como parte de la estrategia policial- contactar, a través de micrófonos, las voces de los ladrones encerrados. Con mucha dificultad, logró establecer cierto contacto, y más o menos logró identificar las voces de la barra brava. A veces, se le cruzaban en su grabación las voces de los otros vecinos del condominio.


Su esfuerzo no sirvió ni un piolín para la estrategia policial, ya que, antes de que pernoctasen, el desenlace fue mortal. Sin embargo, este operador de radio transcribió estas voces, trabajo que posteriormente encontraría Piglia. Ello le dio la oportunidad de conocer el lenguaje de estos pelafustanes.


El léxico, con que Piglia relata esta historia, es hermoso. Se respira el arrabal porteño de mediados del siglo; el grito de pucha y el color de las madreselvas. Después, un poco de mayor investigación de parte del autor, le dio la oportunidad de conocer los partes oficiales, las crónicas de prensa y hasta los informes de una terapia psicológica que un psiquiatra hizo a uno de los malevos, en una de las múltiples ocasiones que estuvo en cárcel.


La historia realmente llama la atención, pero la forma en que Piglia la relata, es insuperable. El lenguaje es el verdadero protagonista, el cual le modificó la novela, que en 1997 ganara el Premio Planeta.


FICHA TÉCNICA

PIGLIA, Ricardo. Plata quemada. Segunda edición. España: Anagrama (Colección Compactos), 2009. Original de 1977. Páginas 227. ISBN: 978-84-339-7271-2

1 comentario:

MarianoCantoral dijo...

interesante, mucho que analizar linguísticamente