martes, 25 de enero de 2011

Caja Negra XX 2012 de Alan Mills

El año pasado, la editorial Mata-Mata, de tiraje guatemalteco pero de capital literario latinoamericano, publicó el libro Caja Negra XX 2012, del escritor guatemalteco Alan Mills.

Según una especie de advertencia inicial en este libro, se explica que es el resultado de una novela que se perdió en un disco duro de una laptop que se arruinó. Las líneas incluidas en Caja Negra…, aparentemente, sería el resultado de lo único que se pudo rescatar de esta narración.

Ya Augusto Monterroso nos había mostrado el camino de ficcionalizar la verdad con Lo demás es silencio, libro del cual hizo creer unos años antes de su publicación que se trataba de un homenaje para un autor real, Eduardo Torres. Por un momento, engañó a algunos (y quizá siga engañando a incautos hoy día), porque el tal Torres se trataba nada más que de un personaje literario.

Es por ello que voy a suponer -porque quiero suponer- que el libro de Mills, Caja Negra…, nos quiere hacer creer que se trata de unas 34 páginas recuperadas de una novela que quizá tenía intenciones de, al menos, alcanzar las cien páginas.

Básicamente, lo quiero suponer, porque Caja Negra… es una obra de arte, y no el desperdicio, la basura, lo reciclado de algo que se había perdido.


Dadas las circunstancias, quizá sí sea cierto que Mills escribía una novela (hecho que alguna vez me contó), y es fácilmente comprensible que se le haya perdido al descomponerse su computadora, y que como un sentido trágico, como cuando alguien trabaja toda la noche para terminar un informe y que en el momento de imprimir, justamente se da un bajón de electricidad y se recuerda que jamás se guardó a un disco duro, y se lamenta que, después de tanto esfuerzo, nada valió la pena, porque ya amaneció y sólo da tiempo para bajar los hombros con frustración y ni siquiera dan ganas de despotricar.

Sí, perder una novela puede pasar, suponiendo que no guardó una copia en una USB o que nunca imprimió una copia impresa, auque sea de forma parcial. Puede pasar, pero yo quiero suponer lo contrario.

Y me explico, porque Caja Negra… parecería un libro bien acabado, bastante audaz en su hibridación entre la narración y la lírica, y con un relato bastante veloz, y con efectos sonoros e imágenes visuales muy consistentes.

La novela perdida a la que se hace eco, aparentemente, trataba sobre las migraciones de Guatemala (o cualquier país latinoamericano) a Estados Unidos, y los nuevos vínculos familiares que se establecen a través de las remesas. Los personajes son (o eran) dobles, es decir, que cada protagonista tenía un espejo, en el cual se parecía mucho, sólo que en su versión más humilde, neocolonial o, en pocas palabras, menos afortunadas.

En ese contexto, Mills (con)funde las historias de migrantes de hoy día, con la de los exploradores que buscaban fortuna desde Viejo Continente hacia las Indias. Las mujeres, que se quedan en casa, serían como las dobles de la Reina Isabel:

Una de las pasajeras
del vuelo XX 2012
es idéntica a Isabel La Católica
parece una Reina
o una mujer muy poderosa
que utiliza al cielo como un espejo
(…)
Para ella cada viaje al más allá
es una inversión
y un Norte luminoso
Pero en realidad esta pasajera no es rica
ni poderosa
En todo lo demás es idéntica
a Isabel La Católica (p. 9 y 10).

En otras palabras, las migraciones de hoy día son como los viajes de buscafortunas del Renacimiento europeo:

El tema de mi novela
iba a ser el descubrimiento
de un nuevo continente de luz
operado por los dobles
de los verdaderos personajes
que estarían perdidos
en una especie de naufragio
estelar (p. 33)

Caja Negra…, lo poco que se recuperó de una supuesta novela, está escrita en una narración con mucha fuerza poética. En lo lírico, se evidencia por la gran cantidad de imágenes, que unidas tras otras iban conformando un hilo narrativo muy delgado. La narración, en sí misma, tiene mucha velocidad, debido a que la mayor cantidad de páginas son versos, los cuales, además, son series y series de imágenes poéticas, sin siquiera molestarse de entorpecer la fluidez de la historia con enlaces, adverbios o, incluso, verbos. Es, más bien, como una serie de imágenes fotográficas que, concatenadas, pasan velozmente para formar una película narrativa.

En esta serie de imágenes, el lector está invitado a esforzarse y a esbozar la línea narrativa. No es fácil, porque es muy veloz. Sin embargo, el fluir de la historia ofrece detalles muy buenos, sobre todo la comprensión del poeta-narrador sobre el fenómeno migratorio, que ve amor en vez de dólares, cada vez que se envía la remesa, y de comprender la soledad en la que viven las familias, pero que se conforman con una especie de flujo cósmico en el cual se comunican:

necesito comprarme nuevas prendas
con tanto trapo muerto muerto sólo miramos
Tristeza Por La Calle
DESDE EL CIELO VI TUS ROPAS
ERAN COLORIDAD            Y BRILLANTES
PERO YO SÓLO QUERÍA VERTE DESNUDO (p. 20).

En conclusión, el libro no parece que haya sido rescatado de la basura. Más bien, es una elaboración muy consciente y formidable. Para culminar, debo referir que este libro fue publicado bajo el sello Mata-Mata, que presenta a autores formidables de todo el continente.



FICHA TÉCNICA
Mills, Alan. Caja Negra XX 2012. Guatemala: Mata-Mata ediciones latinoamericanas, 2010. 34 páginas. Precio aproximado: Q35. Disponible en Librería Sophos.  

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