Oposición significa dar alternativas de soluciones, y no obstaculizar a las soluciones de los grupos de poder.
Toneladas de tinta han corrido en los medios de comunicación escrita de Centroamérica, pero sobre todo de Guatemala, por el cierre de RCTV en Venezuela y la apertura de Tves; reportajes de página completa que no incluyen su contraparte, editoriales y columnas de opinión, donde, impresionados, se rasgan sus vestiduras, llorando consignas a favor de la libertad de Prensa y de la democracia. La protesta se hace más fuerte, porque RCTV era la "única oposición" en Venezuela.
Como un proceso dialéctico, el poder siempre necesita de una oposición, a manera de antítesis; el tiempo (y los pueblos) se encargará de resolver la síntesis. Sin embargo, si para nosotros la oposición significa oponernos sistemáticamente a todo lo que nos afecta, o podría afectar, entonces no permitimos el desarrollo dialéctico de la sociedad.
En este caso, RCTV no representaba la oposición en Venezuela, como la quieren martirizar los defensores de la libertad de Prensa en Latinoamérica. Representaba el poder de las familias venezolanas históricamente acomodadas, y que en este momento han sido desplazadas por las nuevas políticas económicas de Hugo Chávez.
En Guatemala, tenemos un concepto equivocado de lo que significa la oposición. Creemos que se trata de estar contra de lo que nos afecta, y de aplaudir lo que nos beneficia.
La oposición, en realidad, debe dar otra visión y demostrar que las cosas se pueden hacer de distintas formas, y no sólo como los grupos de poder lo están haciendo. Desde este punto de vista, RCTV no representaba una oposición, sino que un obstáculo para que las políticas de Chávez no sean tan dañinas para los otrora grupos hegemónicos.
En cambio, a quienes han querido realizar una verdadera oposición, no se les ha concedido los espacios dentro de los medios de comunicación de Guatemala. Los niños, las mujeres, los indígenas, los homosexuales, los que piden votar en contra de las ballenas, el TLC y la minería; los que piden la entrada al anticristo, los que piden vetar la pena de muerte; los marginales, los rurales, los pilotos de bus, los que apoyan al Deportivo Heredia, los que piden mayor apoyo a otros deportes aparte del fútbol, la izquierda, los socialdemócratas, los ecologistas, etc., ellos y ellas no son vistos como oposición, sino como obstáculos del desarrollo y como delincuentes, sin que la SIP proteste por ello y pida para que se les abra los espacios en los medios de comunicación.
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