miércoles, 11 de marzo de 2009

El mejor lugar del mundo


Al igual que Chaplin, Federico Fellini es una presencia obligada dentro de un Top Ten. Y, como Chaplin, es casi obligado decidirse por una película.


Normalmente, se considera a Fellini ocho y medio como su mejor película. Puede ser. Sin embargo, creo que es una selección realizada por personas muy involucradas en el cine, y ven en esa película la adaptación de sus conflictos, sobre todo la de directores.


Fellini ocho y medio realmente carece de nombre; se llama así, por ser la octava película de Fellini como director, más un mal paso que dio en una película colectiva, lo que supone el “y medio”. Es una historia sobre un director que ya tiene presupuestada una película, pero no tiene idea de qué va a ser; entonces, se deja entrever sus conflictos existenciales en torno a la creación fílmica.


En Italia ya se conocía estos intentos de experimentación, como sucedió en el teatro con Pirandello con Seis personajes en busca de autor. El toque personal, vivencial, casi autobiográfico de Fellini ocho y medio da pie para reconocer la principal característica de este director.


Decir que las películas de Fellini son autobiográficas es para restarle méritos. Él, a veces, se enojaba cuando le preguntaban si tal o cual película era autobiográfica. Otras veces decía que sí para burlarse.


El hecho es que las películas de Fellini deben ser tomadas como ultrapersonales. Tan personales, que el director se vuelve un personaje más dentro de su película. Sus movimientos son visibles a través de la cámara cinematográfica, y en más de una ocasión, sus personajes giraban a la cámara y decían algo así como “Ya basta, Federico, es suficiente”.


A Fellini le gustan las películas sin un hilo tradicionalmente narrativo; más bien, le gusta la esencia del cine: imagen, música, una fotografía espectacular y diálogos entrañables... contar una historia es lo de menos.


Por ejemplo, en Roma, una película que más bien pareciera un documental sobre la ciudad, Fellini recorre la ciudad sin un orden ni un porqué. Solamente quiere reflejar la esencia romana. Hay una esena impactante, una metáfora, que consiste en que supuestamente se introducen a ver la construcción del túnel que servirá para el subterráneo. El guía refiere que la construcción ha sufrido atrasos, porque cada vez que se disponen a excavar en línea recta, se encuentran con un viejo reducto del Imperio Romano, y están obligados a retroceder y desviarse (explicación que luego toma forma de justificación de la esencia romana ¡OJO!).


Y tienen la (¿buena o mala?) suerte de encontrar uno durante la filmación. Encuentran un reducto del Imperio, con varios frescos en sus muros que se han conservado por la ausencia de oxígeno. Pero, sólo es cuestión de haberlo abierto, y los frescos empiezan a desaparecer. La herencia del imperio desaparece con el avance de la modernidad. Gran metáfora, ¿no? Fellini no la explica, sólo la sugiere.


Obviamente, un “documental” no tiene tanta suerte para presenciar ese evento histórico, por lo que hay que suponer que Fellini está creando una película, cuyo personaje es la ciudad.


He ahí la esencia de Fellini, un director no tradicional, que no sigue un hilo narrativo, y que se basa en la pura metáfora de la imagen.


Pero de entre sus películas, hay una que creo que ha trascendido por sus personajes, y es Amarcord. ¿Qué qué es Amarcord? No importa; si se busca en la Wikipedia se encontrará su significado, pero representa una palabra de nostalgia, que no sabe a nada pero que es penetrante.


¿Y de qué trata Amarcord? Al igual que sus otras películas, no tiene un hilo narrativo. Son secuencias de imágenes sobre el pequeño pueblo costero de la infancia de ¿Fellini? (quizá, pero no habría que reducirlo a que es autobiográfica).


En ésta, Fellini de nuevo centra su atención en sus temas habituales: la esencia italiana, las críticas contra el fascismo, la educación, y la oda al sexo. La película inicia con la llegada de los “mishitos” (como diríamos en Guatemala) esas partes de las plantas que vuelan con el viento. Termina igual. Es decir, hay que suponer que las imágenes de la película tienen la duración de un año.


Son secuencias de imágenes que ofrecen una visión nostálgica de la Italia profunda, casi rural, de los años que anteceden a la Segunda Guerra Mundial, en donde sus habitantes no les interesaba saber nada de guerras ni de Musolini. Simplemente vivir.


Y en eso, hay varias secuencias que en verdad son hermosas:


El picnic que arman y para el cual invitan al tío que estaba en un manicomio y piden permiso especial para ese día. Al final, el tío termina revelándose subiéndose a un enorme árbol, gritando “Quiero una mujer”. Y para calmarlo, llaman al manicomio para que envíen a alguien, y envían a una monja enana, la única capaz de someterlo.


Una intensa niebla que inunda todo el pueblo; el abuelo se pierde entre la niebla y piensa “¿Es así la muerte?” En eso, un señor le avisa que no está perdido, sino que su casa estaba enfrente, pero no la miraba por la niebla.


Y la conmovedora escena de la muerte de la madre.


Hay personajes entrañables. Sin lugar a dudas, “La Gradisca” es la que más llama la atención, una mujer un tanto mayor que ha esperado toda la vida por casarse con un príncipe; se termina casando con un carabinero y es muy feliz. El maestro de griego. El gordito de la escuela. El músico ciego. La loquita ninfómana. El barbero. El intelectual pedante. El albañil poeta.


En casi cualquier mención de la película, o en menciones sobre Fellini, usualmente se recuerda a la “tetona”, una escena muy buena, que habrá que ver necesariamente, porque no se puede relatar. O mejor dicho, no se debe.



El final de la película termina con la boda de La Gradisca, una escena muy feliz, llena de personajes esperpénticos que reflejan la esencia del italiano. Al terminar la boda, ella se irá a vivir lejos, y dice algo así: “No sé cómo, pero este lugar se va convirtiendo en el mejor del mundo”.


Y es que Fellini descubre que el mejor lugar no es el más caro o barato; el más limpio o con edificios más altos, sino que es el lugar donde uno ha sido feliz.


Fellini es sumamente profundo; divertido, pero entrañable. Por eso, lo ubico en un empate en el quinto lugar, junto a... *a**o*o*


FICHA TÉCNICA



FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Amarcord

DIRECTOR: Federico Fellini

DIRECTOR ARTÍSTICO: Giorgio Giovannini

PRODUCTOR: Franco Cristaldi

GUIÓN: Federico Fellini y Tonino Guerra

MÚSICA: Nino Rota

SONIDO: Monoaural

FOTOGRAFÍA:Giuseppe Rotunno

MONTAJE: Ruggero Mastroianni

VESTUARIO: Danilo Donati

EFECTOS ESPECIALES: Adriano Pischiutta

PROTAGONISTAS: Pupella Maggio, Armando Brancia, Magali Nöel, Ciccio Ingrassia, Nando Orfei, Luigi Rossi, Bruno Zanin y Gianfilippo Carcano

PAÍS: Italia

AÑO:1973

DURACIÓN: 127 minutos

DISTRIBUIDORA: F.C. Produzioni


5 comentarios:

MARTHA THORMAN VON MADERS dijo...

Seu blog é demais, já estou seguindo você, não o perco mais de vista. Nota mil.

Engler dijo...

Definitivamente tenía que haber en tu listado una pelicula de Fellini, pensaba que lo incluirias y como suponia eso pensé que debería ser TEOREMA. Pero ni siquiera mención.

Ahora bien, esta pelicula es de las que se quedan en uno por eso que perfectamente describís. La escena de la aparición del buque en mitad de la noche y con todo el pueblo en pequeñas lanchas en su ritual anual de contemplación es increible. Algo así como la llegada de los gitanos a Macondo.

Saludos,

Mario Cordero Ávila dijo...

Gracias, Martha, entre lo poco que entiendo portugués me parece que te gustó el blog.

Engler, gracias por seguir esta lista. Yo conozco un "Teorema", pero es de Pasolini, pero voy a tratar de averiguar si hay una película homónima de Fellini, y si la hay, trataré de conseguirla para aprovechar tu sugerencia.

Tenés razón, la escena del trasatlántico es bastante buena; creo que para los italianos fue un verdadero acontecimiento la llegada del buque... La niebla y el desorden la vuelven en una escena casi surrealista.

Engler dijo...

ME EQUIVOQUÉ TERRIBLEMENTE!

Nada mas que agregar, no existe TEOREMA de Fellini...

Saludos,

mmmesquinca dijo...

¡es cierto! ¿y pasolini? tal vez habrá que hacer un top ten de películas italianas...