El jueves que recién pasó, se abrió a exposición un doble homenaje a
Efraín Recinos, uno de los artistas guatemaltecos con mayor relevancia en el
siglo XX. La galería El Attico (4ª. avenida 15-45 zona 14) y la galería Ana Lucía Gómez (16 calle 7-30 zona 14) inauguraron la muestra “Efraín Recinos: celebrando
su legado”, la cual estará abierta al público hasta el 29 de septiembre.
Por la trayectoria, Recinos se constituye en el artista guatemalteco
vivo más relevante del país. A sus 83 años cumplidos, le corresponde ser guía y
modelo para las nuevas generaciones. En estas etapas de la vida, las grandes
personalidades –si no les traiciona la ingratitud- deberían estar recibiendo
homenajes. Pero en Guatemala, nuestros héroes (como fue el caso de Mateo
Flores, por citar un ejemplo reciente) mueren en el olvido.
Es por ello que se destaca que desde el año pasado, Recinos haya
empezado a recibir reconocimientos y homenajes a su obra. Al cuestionarle al
respecto, sobre cómo se siente él con respecto a estas celebraciones, confesó:
“A mí sinceramente me da mucha pena”.
UN ARTE NACIONAL
Desde su perspectiva, su obra debe empezar a analizarse desde lo
arquitectónico. Y el mejor ejemplo de ello es el Centro Cultural Miguel Ángel
Asturias y, específicamente, el Teatro Nacional, parte de este complejo.
Debido a que esta obra se construyó con financiamiento del Estado,
Recinos explica que era primordial que la obra tuviera características
guatemaltecas. “Por eso, la arquitectura estatal es la más cara de todas,
porque la pagamos entre todos”, explica.
A partir de esta obra, Recinos desarrolla su concepción sobre un arte y
arquitectura guatemalteca. En primer lugar, lo que fue primordial antes que la
obra arquitectónica fue reforestar el área, cumpliendo una función ambiental,
para que el centro cultural, al estar al centro de la ciudad, fuera capaz de
absorber los gases contaminantes de los vehículos.
Entonces, Recinos pensó en el entorno y en el paisaje. Inicialmente,
lanzó líneas que venían dadas por los remates de la ciudad, es decir, el volcán
de Agua y el de Pacaya. En los distintos ángulos del Teatro Nacional, hay
relación directa entre las inclinaciones de estos colosos y la obra.
Posteriormente, se haría una relación con el pasado, siendo la
arquitectura maya la que aportaría otros elementos para continuar con la obra.
La diferencia, según Recinos, es que la arquitectura maya estaba destinada para
utilizar los edificios por fuera, mientras que esta obra se destinaba su
utilidad para dentro. Entonces, incluyó las escalinatas que comunican los
diferentes niveles del teatro emulando las escalinatas mayas.
Otro de los motivos de orgullo de Recinos es que el teatro resultó
relativamente barato, ya que otros teatros y salas de ópera que se construían
paralelamente en el mundo (Londres, Nueva York, Sidney), el Teatro Nacional de
Guatemala se construyó con recursos hasta diez veces menos que otras obras.
ARTES PLÁSTICAS
Cuarenta años después, la obra está allí. “Pero si yo no hubiera
platicado con los albañiles y carpinteros, que saben más sobre materiales, no
me hubiera enterado. También hay que tener sensibilidad para escuchar a las
personas”, dijo, lo cual también es otro de los rasgos de su arte.
Sin embargo, la obra a la que más cariño le tiene, confiesa Recinos, es
a los difusores acústicos, es decir, los relieves que instaló en el auditorio
del Conservatorio Nacional de Música, que a falta de recursos para hacer
balcones (como en el Teatro Nacional), optó por hacer personajes imaginarios, y
escogió a grandes hombres y mujeres que fueron incomprendidos a lo largo de la
historia, como forma de homenaje.
“¿Y usted se siente comprendido?”, le pregunté, temiendo una respuesta
negativa. Pero para mi tranquilidad, me contestó. “Sí”, y tras un silencio más
o menos prolongado, ratificó: “sí, sobre todo por la gente que me quiere”, lo
cual le dio pie para insistir en que el trabajo, sean obras de arte o cualquier
otro producto, sólo es válido si se hace con amor.
Las otras musas |
En estas exposiciones de homenaje, usted podrá observar buena parte de
su obra. En la galería Ana Lucía Gómez, donde se realizó este encuentro, usted
podrá ver un cuadro recién terminado: Las otras musas, que había estado
detenido por décadas, pero que culminó por “la insistencia de algunas
personas”, como indicó. Se trataba del también artista y promotor de arte José Toledo, quien posteriormente llegó para visitar a su amigo y maestro.
“Ahí lo tenía, sin terminarlo. Entonces, le fui a comprar los
materiales, y con todo ahí no tuvo otra opción que terminarlo. Ahora ya no lo
quiere vender”, me dijo Toledo.
Recinos y su Guatemalita. |
En esta exposición, también se pueden observar algunos dibujos que
consisten en ilustraciones de unos cuentos que Recinos está escribiendo, y que
espera publicar pronto, por lo que se puede evidenciar que este artista, a
pesar de estar recibiendo homenajes por su larga trayectoria, aún sigue
creando, incluso incursionando en otras artes, como las letras.
Y, porsu puesto, usted podría ver otra versión de su ya famosa Guatemalita, la escultura que ha tenido diferentes manifestaciones. “A mí, si
me preguntan, dónde está Belice, yo les digo que ahí está, sólo que el cabello
lo tapa. Si algún día se recupera el territorio, o si se pierde, la escultura
sigue teniendo vigencia; el problema le queda a los políticos”, explicó.
Publicada también en Diario La Hora.
2 comentarios:
Me gusto tu Blog. Te leo desde México. Da gusto el comentario que haces sobre 10 colores nuevos de Otto Raúl Glez. Saludos
Me gusto Tu Blog. Te leo desde México. Me encantó la entrada de Otto Raúl Glez. 10 colores nuevos. Saludos
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