FOTO: Sandra Sebastián para Plaza Pública. http://plazapublica.com.gt/content/la-marcha-de-los-veteranos |
Sí, gracias a los soldados,
porque es por ellos que tenemos a este país. El pasado 13 de noviembre,
militares retirados realizaron una caminata por la Avenida Reforma, con
mensajes autocomplacientes, recordándonos, porque ¡oh ingrata memoria! no nos
recordábamos de su labor realizada durante los años de la guerra.
Y es que no se sabe qué hubiese
ocurrido si el país hubiera quedado en manos de los intelectuales y poetas,
que, para más señas, son sinónimos de comunistas terroristas. ¡Quién sabe!, por
ejemplo, a dónde hubiéramos ido a parar si se hubiera dejado al país
desarrollarse libremente, con elecciones libres, con democracia.
Sólo imagine, si Otto René
Castillo hubiera seguido publicando. ¡Qué barbaridades hubiera escrito! O Irma
Flaquer, o Roberto Obregón, o Alaíde Foppa, o José María López Valdizón, o Luis
de Lión, si aún vivieran. ¡Cuántos secuestros no hubieran ejecutado!, ellos
solitos, con sus delicadas manos, que por la noche escribían poemas, y por las
mañanas secuestraban a hijos de ministros, quienes se encontraban resguardados por dos o más
guardaespaldas.
Por ello, gracias a Dios, y, por
supuesto, también a esos héroes de la Patria, que el país está como está. No
tenemos que envidiarle nada a nadie, salvo a Haití, pero a los carbieños ya casi los superamos. Gracias a los soldados, y no a los poetas, es que tenemos libertad,
alimentos, transparencia y salud. Gracias a los militares, y no a los periodistas, es que yo
hoy puedo hablar de frente, sin ironías ni sarcasmos.
Por eso, es buena la herencia que
nos han dejado: un país libre de corrupción, sin hambre, sin enfermedades y con
un crecimiento económico estable para todos y todas. Claro que sí, es que no
hay que ser ingratos. Gracias a Dios que hoy los generales y los coroneles se
cuentan por decenas. ¿Por qué habrá tantos?, me pregunto yo. Y como hay tantos,
ya ni siquiera caben en la institución armada, y hay que enviarlos al Comité
Olímpico Guatemalteco, al Gobierno, a las empresas de seguridad, y a otros
lados, para que se ocupen, y que la patria no se olvide de ellos.
Porque sería injusto que los
militares, ¡Dios no lo permita!, que terminen como los poetas en un asilo de
ancianos, esperando la muerte. No, claro que no, y es que es gracias a los
militares, y no a los estadistas, que la seguridad social es excelente, y que
los militares y otra gente de menor categoría, es decir nosotros los civiles, podemos
confiar nuestra vejez al IGSS.
Los militares pueden estar
tranquilos, porque es gracias a ellos, y no a los subversivos poetas, que el
país está como está. Mejor no puede estar. Y pueden estar tranquilos, porque
hoy día los rencorosos poetas tratarán de envenenar el alma de las jóvenes
generaciones, pidiendo justicia. Pero qué mejor justicia que tener el país que
tenemos. Por ello, los militares pueden estar tranquilos, y no temer investigaciones,
porque, total, ellos lo hicieron en defensa de la libertad.
Por favor, no teman, no finjan derrames cerebrales con tal de no declarar en sus juicios por genocidio. Sabemos que lo que hicieron antaño fue únicamente para la construcción de este gran país.
1 comentario:
Excelente entrada. Por supuesto qué no somos taaan malagradecidos porque ya volvieron a elegir a un militar para Presidente.
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